La todavía primera región española en atención sanitaria se encuentra, a día de hoy, en una situación muy precaria.
La falta de médicos y el grado de interinidad de los que hay son dos problemas que urge resolver. Habría que preguntarse el porqué.
La falta de recursos para sustituir a los que, poco a poco, se van jubilando, ha hecho, en estos últimos años, que se cree un enorme déficit de personal sanitario. Si a ello unimos los bajos salarios en muchos de los puestos médicos que existen hoy, por ejemplo, los denominados Sur, explican dicha situación.
Por otro lado, está el alto número de interinos, es decir, personas que sin tener una plaza fija, llevan años trabajando en, precisamente, dichas plazas fijas, hacen que exista un alto grado de incertidumbre y que se prefiera «probar suerte» en otras comunidades.
En suma, un servicio de salud que «oro parece, pero plata no es» y que pudiera hacer perder ese lugar de honor para la Sanidad navarra.
¿De verdad importa esto a la clase política? Seguramente no.