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Champions y debates

En términos deportivos se dice que las finales hay que jugarlas, y en los procesos electorales a los debates hay que acudir. También es cierto que cada vez más las finales no se ganan sino que las pierde el que más fallos comete.

Este año en vez de una final electoral hemos asistido a unas semifinales, pues eran cuatro los equipos/partidos y se ha jugado a doble vuelta. Entre otras cosas por el empeño del Sr. Sánchez en meter a un quinto elemento saliéndole el tiro por la culata.

En el primer debate hubo un equipo que salió en tromba a ganar el partido (C´s) mientras otro colocaba el autobús en el área chica e intentaba el contraataque tímidamente (PSOE), un tercer equipo no terminaba de entrar en juego y lo hacia a tímidas rachas (PP) y el otro (Podemos) nos sorprendió con un cambio de estilo y jugó al ti-qui-taca, durmiendo el partido leyéndonos la Constitución, en un intento de atraer a despistados cuando siempre habla del régimen del 78 como si fuera una abominación.

En el partido de vuelta ya no valían medias tintas, pues el resultado de empate técnico no satisfacía a ninguno de los equipos, a excepción del que en las encuestas, que las carga el diablo, parte como favorito. El juego se presumía tenso y bronco y así fue, con patadas por abajo, entradas duras e intimidatorias, perdidas de tiempo, y los árbitros sin querer inmiscuirse demasiado no fueran a salir mal valorados para futuras finales, incluso algún jugador (Sánchez) no hacia más que mencionar a uno de ellos (Vallés), para quizá intimidarlo.

El supuesto ganador a los puntos, (las encuestas hablaban de un 3% de cambio de voto o decisión del mismo tras el primer debate, algo que significativamente es casi irrelevante pues hay un 40 % de indecisos y un histórico de una amplia horquilla de abstención), del primer día, Albert salió pasado de revoluciones, quizá por efecto de jugar en el campo donde se emite la serie de 45 revoluciones, y cayó como tantas veces en los errores de la precipitación del que se ve como campeón. Si lo comparamos con los equipos aspirantes a la Champions es un PSG ó un Manchester City de Guardiola, siempre cuentan en los pronósticos, pero al final la competición se les atraganta, por larga.

En frente estaban dos equipos clásicos en las finales (PSOE y PP), ambos con equipos remodelados tras las últimas temporadas, pero con poso para este tipo de partidos. Casado sabía que sólo le valía marcar para ponerse por delante, y decidió confiar en su juego de estilo equipo alemán, Sánchez se declino por el “cholismo”, jugar sin el balón y aprovechar las oportunidades, de meter su discurso a veces similar al de Trump, todo son mentiras y noticias falsas, incluso las que el esgrimió al sacar una carta de la Junta de Andalucía que en su día la mesa del Parlamento andaluz había rechazado. Es increíble que este doctor se queje de cordones sanitarios cuando su partido fue el instigador del Pacto de Tinell y así aislar completamente a otro partido.  Sin embargo si consiguió devolverle el golpe a Rivera con el intercambio de libros en el día de San Jorge, pero se olvida de la rosa y su significado. Por ello es vergonzoso que aliente al populismo de derechas con lo que estos provocaron el siglo pasado, sin olvidar los horrores de las dictaduras del proletariado. Se olvida que los medios también importan.

Fue Iglesias quien cuan Ajax busco el juego total y sorprender a sus rivales,  apareciendo en taxi, apenas citó la Constitución, apelo a mesura y tranquilidad en el debate, pero también se interno y creo peligro al mencionar  las cloacas del estado, incluso al final del partido se acerco al máximo rival ideológico (Casado) e incluso charló con la mujer de éste, como si de rugby y su tercer tiempo se tratara.

Al final como en todos los debates no hay un ganador claro, como tampoco lo habrá en estos comicios. El 29 A las calculadoras echarán humo pero lo más probable es que habrá que esperar a lo que pasará el 26M, pues resultará extraño estar aliados unos en Madrid y a otros en los parlamentos autonómicos y municipios y mientras despotricando con todos según el ámbito territorial. Ni el mismísimo Valle-Inclán hubiera sido capaz de imaginar esperpento tan magno.

Otra cosa es la Champions donde salvo sorpresa casi siempre la ganan los mismos y suelen repetir. Este año  ¿a quién le tocará repetir Ajax, Liverpoll, Barcelona? ó dará la campanada Pochettino con su Tottenham Hotspur.

Jesús Bodegas Frías, Ldo. en Ciencias Biológicas, con experiencia en Calidad y Producción.

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