La Iglesia de Nuestra Señora de París o lo que es lo mismo la Catedral de Notre Dame sufría ayer un incendio de graves consecuencias. Todo un símbolo de la ciudad de París estuvo a punto de desaparecer. Y todo ello, parece ser, por una acción, presuntamente, fortuita.
Otras iglesias católicas como esta, en estás últimas semanas, en Francia, han sufrido también incendios, aunque no fortuitos, sino provocados.
Queda pendiente el resultado de la investigación que están llevando a cabo las instituciones francesas.
A pesar de ser un estado laico, la respuesta de petición por parte del presidente francés, Macrón, de donaciones para volver a construir Notre Dame, parece que será un éxito.
Queda solidarizarse con el pueblo francés y transmitir un deseo: que Nuestra Señora (Notre Dame) vuelva a ser lo que era, un símbolo de la ciudad de París y un símbolo de una religión, la católica, que no pasa por sus mejores momentos.