El 14 de abril de 1931 se proclamaba la II República en España. En una de las fotos icónicas de dicho acontecimiento se ve a un teniente de ingenieros, Pedro Mohino Díez, aupado en la capota de un taxi, flameando la bandera tricolor.
El 24 de agosto de 1936, en la explanada de la escuela de arquitectura de la ciudad universitaria de Madrid, Pedro Mohino, moriría fusilado por el gobierno de la República. ¿Qué había pasado durante esos años?
Un cambio, un cambio enorme en el que los valores, por los que unos aceptaron un gobierno republicano frente a uno monárquico, habían desaparecido, siendo sustituidos por otros, donde el rencor, la venganza y el sectarismo, estaban en el orden del día.
Hoy algunos reivindican los valores de esa República, una república que provocó la última Guerra Civil que ha tenido este país y que ayer, aniversario, uno más, algunos, en clara maniobra electoralista, pretendían reivindicar como suyos.
Flaco favor.