La segunda advertencia de ilegalidad de la Junta Electoral Central (JEC) hacia el presidente del gobierno catalán sino manda retirar símbolos independentistas de las fachadas de edificios públicos, pudiera provocar su inhabilitación para desempeñar cargos públicos.
El separatismo catalán vive de golpes de efecto. Sabe que una situación de normalidad lo condenaría al fracaso. De ahí el desacato hacia los símbolos de su país, España. De ahí la colocación de banderas independentistas «por doquier», por todos los lados.
No queda otra más que impere la cordura, por lo que en aras a la convivencia deberían retirarse dichos símbolos que marginan al resto de catalanes, a quienes no son independentistas. Es de esperar que se acaten las disposiciones de la JEC, aunque bien pudiera ser que no y el problema sería aún mayor.