El afán «identitario» del actual gobierno nacionalista de Navarra puede verse culminado si consigue aprobar un nuevo estatus para el batúa en esta tierra navarra.
El Gobierno pretende extender un idioma que sólo es hablado por una pequeñísima parte de la población navarra que no llega ni al 8%. Un idioma que, por cierto, hasta el propio gobierno reconoce muy minoritario.
Al gobierno actual de Navarra esta realidad poco le importa y lo que parece es que quiere revertirla o mejor dicho quiere hacer ver que dicha situación ha cambiado o está cambiando.
Tras 40 años de obsesión «identitaria», el Gobierno sabe que salvo por imposición, como parece que se pretende, el batúa nunca va a ser la que llaman “lingua navarrorum”.
De ahí, que pretenda imponer una Ley que nadie quiere; eso sí, si es posible, antes de las elecciones, no vaya a ser que luego no pueda hacerlo.