La economía china creció un 6,6 % en 2018, dato que, pese a superar las expectativas marcadas por el Gobierno de alrededor del 6,5 %, supone el peor registro desde 1990 y devuelve al país a la senda de la desaceleración.
La Oficina Nacional de Estadísticas (ONE) hizo públicos estos datos en una rueda de prensa celebrada hoy en Pekín, en la que su director, Ning Jizhe, aseguró que la desaceleración de 0,2 puntos porcentuales con respecto a 2017 era algo «esperado» debido al «complejo entorno doméstico e internacional».