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La paja en el ojo ajeno (I)

Una vez celebradas las elecciones autonómicas andaluzas, adelantadas por Dª. Susana Díaz para no ser atropellada por la sentencia de los ERE y demás tropelías de la Junta de Andalucía, así como el creciente desprestigio del Dr. NO; el varapalo que recibió el PS, tanto autonómico como a nivel nacional, ha sido de tal envergadura, sobre todo si se fiaron por la cocina del chef Tezanos, que los lamentos fueron escuchados por doquier y el Guadalquivir vio incrementado su caudal debido a las lágrimas vertidas por los socialistas andaluces, mayoritariamente. Era lógico, después de tantos años, unos “extraños” habían invadido “su” tierra; se ha usurpado el poder de un cortijo que hacía tiempo lo habían considerado como de su exclusiva propiedad.

Ocurrido tal siniestro, miembros del gobierno central empezaron a señalarle a la presidenta andaluza en funciones, la puerta de salida de la primera línea de la política, más por el resentimiento de Pedro Sánchez contra la mentada que por no haber sabido o podido defender el cortijo de tales asaltantes. La señora Díaz se revolvió de inmediato contra el amo del Falcon, acusándole de ser él, con su política de apaciguamiento y acercamiento a los que quieren trocear España, los cuales mancillan al resto de los españoles y a la nación, premiándoles encima con privilegios económicos en muchos casos en perjuicio de otras regiones, entre otras vergonzantes actuaciones.

Ante esta situación ¿Qué hacer?; pues nada, aplicar el chiste del dentista: “Verdad que no nos vamos hacer daño”. Pero había que buscar un chivo expiatorio, ¿Cuál?; los que habían ganado en su conjunto las elecciones, la cavernaria y extremista derecha. Puestos manos a la obra, todo el PS, incluida la desbancada, saltaron en tromba contra “la derecha, extrema derecha y la extrema extrema derecha” que así definió la Sra. Delgado, Ministra de Justicia, qué si tuviera algo de pudor moral, hace tiempo debiera haber dejado de serlo.

Empezaron atacando a Vox, por aquello de que es un Partido a la derecha del PP, lo que interpretan como de extrema derecha, tachándole de xenófobo y antidemocrático, pues, aparte de ser necesarios sus votos para la elección de presidente de la Junta, se empiezan a dar cuenta de que el ejemplo andaluz se puede extender como reguero de pólvora al resto del territorio nacional. Luego al observar que dicho Partido no les prestaba atención mínima alguna a sus críticas, dado que no tiene complejo alguno en mostrar y decir lo que piensa, optaron por empezar a criticar al PP que desde un principio manifestó que Vox es un Partido democrático y que se precisaban sus votos para desahuciar del cortijo a los que lo habían sobreexplotado y lucrado del mismo durante tantos años. Ya solo le quedaba el último y el más sensible eslabón de la cadena alternativa de renovación del régimen; como no, Ciudadanos, los que van con los de la feria y vuelven con los del mercado. Ahí sí, hizo alguna mella las críticas del PS y Podemos; ya que ¡Como un Partido que se autodenomina de centro podía permitir ser apoyado y admitir los votos de un Partido fascista y xenófobo de extrema derecha! Entonces fue cuando se empezó a poner en práctica el postureo acostumbrado de C´s; comenzó por dificultar, en apariencia, la elección del presidente del Parlamento andaluz y del gobierno, luego que agradecía los votos de Vox pero que nada tenían que ver con dicha formación y que el acuerdo solo lo tenían con el PP.

Al entrar en el gobierno, C´s no tendrá más remedio que adaptarse a las circunstancias; de no ser así el PP tendría que mirar a izquierda y derecha, ya que Ciudadanos es de poco fiar y se encontraría más a gusto en una coalición con el PS si no fuera porque fue el mismo quien le retiró su apoyo y si eso hiciera, su expectativa en las elecciones autonómicas y generales le harían ver el alcance de su acto.

El PS, a secas, trata a Vox de fascista, xenófobo y etnicista contrario a la inmigración y por ende antidemocrático y franquista; otro tanto y de tal modo hace Podemos que, como siempre, no se mira en el espejo.

Empecemos por señalar que si antidemocrático fuera, sería declarado ilegal y ni siquiera aquellos que de tal modo le tachan han tenido el atrevimiento de denunciarlo ante el Tribunal Constitucional. Se podrá o no estar de acuerdo con sus postulados, en parte, en todo o nada, pero no es un Partido fascista, pese a quien le pese.

Por tanto, toca ahora recordar los discursos y aptitudes de aquellos partidos, o descendientes de ellos, que apoyaron a Pedro Sánchez para que prosperase su moción de censura a Mariano Rajoy y siguen apoyándole para que viaje en Falcon a bodas, conciertos, vacaciones de lujo y otros menesteres oficiales, la mayor parte de las veces más turísticos y de publicidad que oficiales.

 José F. Feijóo Carrasco, profesor y ex secretario de Ayuntamiento

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