El.gobierno socialista de Pedro Sánchez continua sorprendiendo a propios y a extraños.
Sin razón aparente, ayer la ministra de Educación y portavoz del Gobierno, anunciaba otra -¿cuántas van ya?- posible reforma educativa, con la excusa de que la reforma anterior, la LOMCE, no estaba cumpliendo sus objetivos y, además, y seguro que la razón más importante, porque era una reforma del PP.
Pero esto no hubiera pasado de otra propuesta más si, en ella, no se hicieran una serie de iniciativas muy alarmantes. Por lo visto, quiere dejarse a iniciativa de las consejerías de Educación de las Comunidades Autónomas con otra lengua diferente al español, la libertad de establecer el idioma a utilizar en las aulas, dando la posibilidad, por tanto, de arrinconar, por Ley, a la lengua madre y común de todos los españoles.
Si hoy, lamentablemente, ya en algunas Comunidades Autónomas esto ocurre ya, qué no pasará a partir de la aprobación de esta nueva norma.
Este Gobierno no ceja en su idea de destrucción de España, dando cada vez más poder a quienes quieren conseguir dicha destrucción y no solo por sus razones políticas, sino también por el egoísmo. de mantenerse en el poder, sea como sea y a cualquier precio. Un poder que no convoca las elecciones comprometidas en su moción de censura.