El excomisario José Villarejo se jactaba ya en 2005 de sus métodos para encriptar información y aseguraba que si un día registrasen su casa encontrarían «un poco de pasta», pero no comunicaciones, dado que esas las llevaba «a raja tabla».
Así consta en una de las muchas conversaciones entre Villarejo y el comisario Enrique García Castaño, conocido como Big o Gordo, que la Policía intervino precisamente en el registro a una de las casas del excomisario, principal acusado del caso Tándem y que se encuentra en prisión preventiva por esta causa.