Cada día que pasa y pese a la “hoja de ruta” establecida, entre el presidente Sánchez y el independentista Torres (Torra), es mas probable que haya elecciones en unos pocos meses.
La olvidada crisis económica que este país lleva arrastrando comienza a reivindicarse de nuevo. Datos como el déficit que no para de aumentar, el de la “hucha” de las pensiones que se ha quedado vacía o el de ayer mismo, el de las cifras del paro que registran su mayor subida desde el 2011, no son indicadores que podrían hacer aguantar a un Gobierno mucho tiempo. Si a ello se une la dificultad que este Gobierno tiene para aprobar sus presupuestos o tan siquiera para aprobar un nuevo techo de gasto, las perspectivas para Sánchez y compañía no son nada halagüeñas.
Si a ello se añaden los bandazos que, constantemente da este gobierno, incluso su presidente llega a ser desautorizado por una de sus ministras, o que “donde dije digo, digo Diego”, hoy un referéndum, mañana sino puedo gobernar elecciones y pasado, quién sabe, “Dios dirá”, puede comprenderse la incertidumbre a la que este gobierno somete a España.
Un gobierno, donde solo prima la ideología y no la toma de medidas, donde se prefiere hablar de una persona muerta hace más de 40 años y no de terroristas que son aclamados en las calles, donde atacar los símbolos de un país es considerado óptimo y quitar lazos es considerado pésimo, debería buscar la puerta y marcharse convocando las elecciones que prometidas en el objeto de su moción de censura.
¡Váyanse ya!