Tiene razón el señor Riezu cuando habla de que la desaparición de la CAN ha sido una «perdida histórica» para Navarra.
En tiempos, casi cualquier pueblo de Navarra, tenía una de sus sucursales. Sus habitantes confiaban en la Caja de Ahorros de Navarra para guardar sus ahorros. Era la época en la que los políticos apenas inquietaban el funcionamiento de dicha entidad.
Si a ello se añade que la situación económica -anterior a su desaparición- no era la más optima, puede entenderse el porqué de lo que sucedió. Un momento muy duro sentimentalmente para todos los navarros que vieron cómo la mala gestión y la brutal crisis económica que se estaba produciendo hacían desaparecer uno de sus símbolos más queridos, la CAN.
En su opinión, fue el periodo 2002-2009 cuando Caja Navarra se situó «en trance de desaparecer como entidad financiera». Para Riezu, ni el cobro de dietas ni las crisis de los órganos de gobierno de la entidad eran cuestiones tan importantes como la gestión bancaria, que entonces no se ponía en duda. “La gestión es un tema no especialmente individual, creo que es algo colectivo, y la figura del director y presidente, por ese orden, encabezan esa responsabilidad”, aseguró.
Se seguirá hablando y hablando de lo que sucedió; se hablará de una pérdida histórica, todo muy bonito y cuasi romántico, pero ¿alguien ha asumido responsabilidades?, ¿algún político ha asumido su responsabilidad?
Todos los navarros siguen sin conocer cual es la verdad de lo sucedido. Hablar y hablar eso sí. Como dice el refranero popular “la casa sigue sin barrer”.