Termas de Río Hondo (Argentina), 9 abr (EFE).- Si algo dejó claro el Gran Premio de Argentina de MotoGP es que los reglamentos están, pero están para ser interpretados de cualquier manera y si a eso unes la «trifulca» final entre los pilotos Valentino Rossi (Yamaha YZR M 1) y Marc Márquez (Repsol Honda RC 213 V) y sus «séquitos», pues la polémica está más que servida y deja al aire una herida todavía abierta y hasta sangrante.
Y nadie se acuerda del «pobre» australiano Jack Miller (Ducati Desmosedici GP17), que fue el único «valiente» que se presentó en la formación de salida con neumáticos de seco cuando todo el mundo, veintitrés pilotos de veinticuatro, había montado en sus motos neumáticos de agua.