El último rinoceronte blanco del norte macho que quedaba en el mundo, llamado Sudán, fue sacrificado este lunes a los 45 años tras agravarse significativamente la enfermedad que sufría desde hace varias semanas, según informó hoy la reserva natural keniana de Ol Pejeta donde vivía desde 2009.
«Su enfermedad empeoró significativamente en las últimas 24 horas; era incapaz de ponerse de pie y lo estaba pasando muy mal», informó este martes en un comunicado la reserva Ol Pejeta, que junto al equipo veterinario del zoológico checo Dvur Králové y al Servicio de Conservación de la Fauna keniana (KWS) decidieron someterlo a eutanasia.
«Sudán será recordado por su memorable y inusual vida», estimó la reserva, que explicó que en los años 70 consiguió sobrevivir a la extinción de su especie y fue trasladado al zoológico Dvur Králové, en la República Checa.
Al final de su vida consiguió volver a África, a la reserva natural situada en Laikipia, en el centro-oeste de Kenia. NAVARRA INFORMACIÓN /EFE