Una mujer mayor saliendo a hacer la compra. EFE/ARCHIVO
Que el sistema de pensiones en España está a punto de colapsarse, con las actuales circunstancias – cada vez un mayor número de pensionistas –, es algo que nadie duda.
El llamado Pacto de Toledo firmado por los principales partidos de este país establecía que se iban a tomar las medidas necesarias para mantener el sistema de pensiones. Una de estas medidas era el establecimiento de un fondo dotado con millones de euros, llamado vulgarmente la «hucha de las pensiones», para tenerlo como reserva ante posibles eventualidades, que hicieran necesario su uso para seguir pagando las pensiones.
El problema es que en estos últimos años dicho fondo ha desaparecido al haber sido utilizado, demasiadas veces, a lo largo de estos últimos años. El Gobierno actual ha tenido, incluso, que pedir préstamos para poder pagar las pensiones.
Por otro lado, el poder adquisitivo de las pensiones se ha visto mermado e incluso disminuido en estos últimos años. Ya no vale subir un 0, 25%, una cifra ridícula que parece nadie está dispuesto a asumir, salvo, claro está, el propio gobierno.
Los pensionistas han salido a la calle. Piden lo que consideran justo: subir su pensión, que las viudas no sufran los recortes, etc., etc.
La actual situación económica, lejos de ser boyante, como así se quiere hacer creer, impide que las demandas de los pensionistas puedan satisfacerse. Es urgente realizar una reforma de calado, no parches que dejen “el muerto” para los que vengan después; reformas que mantengan el sistema pensiones y que dilaten el problema hasta que este no tenga solución y desaparezcan, por tanto, las pensiones. Y esto va a ocurrir, si no se toman las medidas necesarias, pronto.
Muchos de los que cobran la máxima unos 2500 euros brutos han cotizado hasta por 3750 euros, Y muchos de los que cobran la mínima no han cotizado lo suficiente. Algunos de ellos porque cobraban en negro y muchos porque no quisieron cotizar más (autónomos)