Cáritas ha atendido en Navarra lo largo de este año a 6.636 familias, lo que supone un incremento del 7,5% respecto al año pasado, y a un total de 16.439 personas, con un aumento del 10,4%, al tiempo que ha detectado un problema de acceso a la vivienda que está provocando «exclusión».
Según los datos ofrecido hoy por la organización, las unidades familiares con menores atendidas ha pasado de 2.158 a 2.376 y las familias monoparentales, que en 2016 bajaron, ha subido de 839 a 967.
Además en el proceso de acompañamiento Cáritas ha atendido a 174 personas; en el residencial a 76, un 31 % menos, por problemas con las viviendas; en el ocupacional a 250, con una subida del 6,4%; y en el comedor a 253, casi un 8 % por encima de 2016.
Por su parte el Centro de Día San Miguel ha prestado servicios a 146 usuarios, algo menos que el año anterior, y el Servicio de Empleo ha atendido a 2.360 personas y cerrado hasta noviembre 274 contratos de trabajo.
Cáritas destaca que desde el año 2013 el número de unidades familiares atendidas iba disminuyendo, aunque en 2016 este descenso se redujo, y ha sido en 2017 cuando ha variado la tendencia.
El año pasado también se dio un cambio de tendencia en el número de personas que acudían a Cáritas por primera vez, ya que aumentó la cifra en dos décimas, y en 2017 este cambio se ha confirmado ya que el incremento ha llegado a los dos puntos y representan ya el 32 % del total.
Además se consolida también el cambio de tendencia apuntado el año pasado en cuento a la procedencia de estas personas, ya que casi el 40 % (2.310) llega directamente de su país de origen.
También sigue en aumento el número de personas «sin papeles», que pasa del 14 % del total de atendidos en 2016 al 19 % en 2017, y llega al 33 % entre las personas atendidas por primera vez (710).
De igual forma Cáritas observa que se consolida el cambio de tendencia en la proporción entre nacionales y extranjeros atendidos, que pasan del 38,32% los nacionales y 61,68% los extranjeros en 2016 a 35,68% y 64,32% en 2017.
La organización alerta asimismo del problema que se está registrando con las viviendas, y de ahí el descenso del 31 % en las personas tendidas en el proceso residencial.
«La razón fundamental es la imposibilidad de nuestra gente de acceder a la vivienda, lo que provoca el colapso de nuestros recursos residenciales», dice Cáritas, y explica que cuando una familia entra en su residencia o en uno de nuestros pisos tutelados es para cubrir «una etapa en espera de un alquiler que puedan sostener», pero «si no hay alquileres a su alcance no pueden salir de nuestro recurso y, si los que están no salen, no podemos atender a otros».
De forma paralela advierte de que no hay viviendas para dar continuidad al programa VAIS, que ha funcionado «muy bien» en años pasados y es «imprescindible hoy», ya que para acceder a un alquiler parece que no sirve la renta garantizada o una nómina humilde y no indefinida, y además se exigen dos o tres meses de fianza y el arrendamiento no baja de 600 euros.
Y así «se está dando una verdadera exclusión» que hace aumentar el número de familias que tienen que vivir en una habitación, con todos los problemas que esto provoca sobre todo a los menores.
la conclusión de Cáritas es que «las políticas de vivienda no están funcionando» y «urge que las VPO sean de alquiler» y que las actuaciones no sean sobre ingresos mínimos sino tengan en cuenta también empleo, vivienda y salud, en especial salud mental. EFE