La idea de crear un Gobierno de minoría es algo que suscita reservas en Alemania -en parte por razones históricas y en parte por motivos prácticos- y esto ha vuelto a verse con claridad tras el último resultado electoral y las dificultades para formar un nuevo ejecutivo.
Tras el fracaso de las negociaciones para formar una alianza tripartita entre cristianodemócratas (CDU), verdes y liberales (FDP) y las reservas de parte del Partido Socialdemócrata (SPD) de reeditar la gran coalición con los conservadores, la posibilidad de un Gobierno en minoría ha vuelto a discutirse.
No obstante, la canciller alemana, Angela Merkel, ha dejado claro que es escéptica ante esa variante, lo mismo que muchos otros representantes de la CDU, puesto que considera que no garantiza estabilidad.
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