Hoy hace 30 años de una de las muchas masacres de la banda terrorista ETA, la de la casa-cuartel de Zaragoza, en la que fueron asesinadas un buen número de personas, entre ellas, media docena de niños.
30 años han pasado y ETA sigue viva. Más de 300 asesinatos sin resolver, sin haber entregado las armas y sin haber pedido perdón.
Y lo que es peor, partidos como el socialista francés pidiendo el acercamiento de los presos etarras a las cárceles de la Comunidad Autónoma Vasca; que todo un parlamento como el navarro, tenga que debatir sobre los homenajes que se hacen a presos etarras, cuando debería ser obvio que deberían estar prohibidos o que los seguidores de los etarras estén hoy gobernando y sus partidos no hayan sido legalizados, si se tuviera en cuenta la Ley de Partidos.
Un panorama nada halagüeño. 30 años después las víctimas siguen llorando a sus muertos, pero cada vez, de forma más escondida. Hoy los gobiernos consideran personajes incomodos a las víctimas, les hacen recordar que antes ETA mataba; les hace tener remordimientos, como ETA no mata, vamos a pasar página, y saben que eso no esta bien.
En suma 30 años en los que hubo un momento en que ETA estuvo derrotada, pero que hoy ETA está más viva que nunca, porqué esta en las instituciones, en los gobiernos, y lo que es peor, esta consiguiendo parte de sus objetivos.