Un póster en Poznan (Polonia) de la campaña publicitaria contra el aborto EFE/Archivo
Organizaciones provida presentaron esta semana en el Parlamento polaco una enmienda para endurecer la ley del aborto avalada por cerca de un millón de firmas, la cifra más alta lograda hasta ahora por una iniciativa popular con este objetivo en el que es uno de los países más católicos de Europa.
El objetivo de la propuesta es prohibir el llamado aborto eugenésico, aquel en el que se produce la interrupción voluntaria del embarazo cuando se puede predecir que el feto nacerá con una malformación, defecto o enfermedad, incluido el síndrome de Down.
«Hemos presentado 830.000 firmas, lo que evidencia que la sociedad polaca es contraria al aborto», afirmó la responsable de la organización provida Fundación de la Vida y la Familia, Kaja Godek.
Frente al periodo comunista, cuando era prácticamente libre, la ley del aborto de Polonia de 1993 solo permite abortar en tres supuestos: en caso de que el embarazo resulte de una violación o incesto, cuando representa un riesgo para la salud de la madre o cuando el feto presenta deformaciones o enfermedad.
Aún así, explicó a Efe la abogada y activista proaborto Karolina Wieckiewicz, no siempre que se cumplen estos supuestos se llega a practicar la interrupción del embarazo, ya que en ocasiones los médicos se niegan o intentan persuadir a las mujeres de que no aborten.
Los activistas provida quieren eliminar esta última excepción, y recuerdan que los casos de deformaciones en el feto son la razón de un 96 % de todos los abortos legales practicados Polonia.
Los datos oficiales sobre el número de abortos indican que algo más de 1.000 polacas abortan cada año, aunque organizaciones como la Federación para la Mujer y la Planificación Familiar, dedicada a ayudar a mujeres a abortar dentro de los pocos supuestos permitidos, cree que la cifra real de embarazadas que abortan anualmente podría situarse incluso en los 150.000 casos.
Una encuesta del instituto OBCS de marzo del pasado año reveló que un 66 % de los polacos cree que «independientemente de las circunstancias, la vida humana debe ser protegida desde la concepción hasta la muerte natural».
Esta es una de las razones esgrimidas por las organizaciones provida y por el Gobierno polaco del partido nacionalista-conservador Ley y Justicia, cuyos postulados se encuentran cercanos a los de la Iglesia católica.
La primera ministra polaca, Beata Szydlo, expresó el pasado octubre su oposición al aborto eugenésico, mientras que el presidente del país, Andrzej Duda, ha dicho que ratificará cualquier ley que restrinja la interrupción voluntaria del embarazo.
Por su parte, el líder de Ley y Justicia, Jaroslaw Kaczynski, defendía a finales del año pasado la necesidad de prohibir el aborto eugenésico para «garantizar los valores tradicionales del país».
Ley y Justicia ya lo intentó precisamente en octubre 2016, aunque las protestas masivas de las mujeres contra los planes de restringir el aborto fueron determinantes para que el proyecto de ley no prosperase.
Aunque inicialmente había sido aprobado, el Parlamento se vio forzado a descartar el polémico proyecto de ley que habría permitido la interrupción del embarazo solo en los casos de grave riesgo para la vida de la madre, así como un aumento de las penas para los facultativos que practiquen abortos ilegales.
A principios de este año, Ley y Justicia logró la aprobación de una ley que sólo permite la adquisición de la llamada píldora del día después con receta médica, frente a la regulación anterior que permitía adquirir este método anticonceptivo sin prescripción por cualquier persona de 15 años o más. EFE
