EFE
Miles de iraníes se congregaron hoy frente a la antigua embajada de Estados Unidos, en el centro de Teherán, para advertir al presidente estadounidense, Donald Trump, de que al igual que en 1979 no sucumbirán a las amenazas y las sanciones.
La conmemoración del asalto a la embajada, perpetrado hace 38 años por estudiantes islámicos, estuvo marcada este año por la renovada política antiiraní de Trump y sus acciones para debilitar el acuerdo nuclear, firmado entre Irán y seis grandes potencias.
«Mantén la calma y cállate Trump» o «Vete al infierno» se podía leer en las pancartas, mostrando la primera la boca del presidente sellada y, la segunda, su cabeza acercándose a una hoguera.
Algunos de ellos recordaron en sus pancartas que las nuevas generaciones siguen siendo tan combativas como los estudiantes que en 1979 asaltaron la embajada, lo que desencadenó la ruptura de relaciones diplomáticas entre EEUU e Irán, que aún hoy perdura.
Una de las estudiantes que participó en esos históricos acontecimientos, Foruz Rayaifar, rememoró que el 13 de aban de 1358 (la fecha iraní del suceso) era un día lluvioso en el que el pretexto de las manifestaciones fue honrar a universitarios muertos un año antes a manos de las fuerzas de seguridad.
«Para nosotros fue una sensación de legítima defensa no de ataque. Cortamos las cerraduras y las cadenas de la puerta principal y entramos al recinto de la embajada», explicó Rayaifar a Efe.
El acceso al edificio principal llevó varias horas por las fuertes medidas de seguridad, según esta mujer, quien debido a sus conocimientos de inglés ejerció de nexo con los rehenes estadounidenses, 52 de los cuales permanecieron secuestrados durante 444 días.
También se dedicó ese tiempo a traducir los documentos encontrados en el llamado en la jerga oficial iraní «Nido del espionaje», con motivo de las escuchas que la CIA efectuaba desde allí.
Esos documentos, junto a máquinas de codificar y de escuchas, ordenadores obsoletos y trituradoras de papel, forman parte del museo que ocupa la antigua legación diplomática y narra con fervor revolucionario los sucesos acontecidos.
Las autoridades iraníes exigían la extradición del shá Mohamad Reza Pahleví, quien huyó a EEUU para recibir tratamiento médico con el triunfo en 1979 de la Revolución Islámica, liderada por el imán Ruholá Jomeiní.
La crisis de los rehenes llevó al entonces presidente de EEUU, Jimmy Carter, a tomar medidas económicas contra Irán como paralizar las importaciones petroleras y congelar las cuentas iraníes en territorio estadounidense.
Casi cuatro décadas después, Trump ha impuesto varias tandas de sanciones contra los programas armamentísticos de Teherán y ha autorizado a sancionar a los Guardianes de la Revolución iraní, a quienes los asistentes a la ceremonia homenajearon en sus pancartas.
«La postura general de EEUU ante Irán sigue siendo hostil (..) pero incluso los críticos del sistema no dudarán en defender su país en caso de que Irán se encuentre en peligro», subrayó Rayaifar.
En su discurso ante la multitud, el secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional iraní, Ali Shamjaní, aseguró que «el uso de instrumentos fallidos de amenaza y sanciones no tiene ninguna influencia».
Shamjaní también aseveró que Irán continuará con sus políticas de desarrollo de las capacidades defensivas y de apoyo a las Fuerzas Armadas y los Guardianes de la Revolución.
Todas estas declaraciones siguieron la línea marcada hace dos días por el líder supremo iraní, Ali Jameneí, quien insistió en que «la resistencia es la única vía» para enfrentar a EEUU.
Jameneí calificó a EEUU de «principal enemigo» de Irán y llamó al Gobierno iraní a no a hacer concesiones ante las medidas de Trump «para sabotear el acuerdo nuclear».
El pacto, firmado en 2015 entre Irán y el Grupo 5+1 (EEUU, Rusia, Reino Unido, Francia y China, mas Alemania) para limitar el programa atómico de Teherán, se mantiene en vilo después de que Trump amenazara el pasado 13 de octubre con abandonarlo si no se corrigen sus «defectos».
La tensión entre Irán y EEUU ha escalado desde la llegada de Trump a la Presidencia, y la ruptura de relaciones diplomáticas persiste con el museo del «Nido del Espionaje» y las pintadas de «Muerte a América» como testigo. EFE
