El juego del gato y el ratón al que Corea del Norte está jugando, puede convertir la situación en un polvorín de consecuencias insospechadas.
El líder coreano en una clara huida hacia adelante está, poco a poco, incrementando la tensión en la zona. Una tensión que podría provocar que su aliado más fiel, China, consintiera una respuesta militar que nadie parece querer, pero que cada día que pasa parece inevitable.
El presidente norteamericano, Donald Trump, parece que estaría por la labor, sus declaraciones de ayer así lo confirmaban.
El Pentágono, no obstante, no parece que esté muy de acuerdo. Difícil tesitura para la presidencia norteamericana, pero que tendrá que solucionarse, porque no parece que sea muy acorde para la defensa de la paz, permitir que un país, constantemente, esté lanzando armas de destrucción masiva, como si nada. No parece que sea eso muy eficaz. En el pasado ya se consistieron actitudes de este tipo y todo ello, provocó una guerra mundial.
A veces para conseguir la paz, no bastan sólo las palabras.