El Parlamento venezolano, de mayoría opositora, designó ayer 33 magistrados «legítimos» del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), con la idea de que reemplacen a 33 jueces en ejercicio de esa instancia acusada de servir al Gobierno, quienes según la oposición fueron nombrados con graves irregularidades.
La medida -a la que reaccionaron los magistrados en ejercicio en el TSJ pidiendo «medidas de coerción» contra el Parlamento por haber incurrido en «usurpación de funciones»- no crea dos Supremos paralelos, pero sí deja 66 jueces divididos en dos grupos que se disputan la titularidad de solo 33 sillones.