En un mundo en el que los programas de edición de imágenes son cada vez más sofisticados, aproximadamente un tercio de las que se someten a esa técnica pueden pasar desapercibidas, según un estudio publicado hoy por Cognitive Research.
Las imágenes, por ejemplo de un hombre en la calle o una mujer posando junto a un canal, fueron retocadas para eliminar imperfecciones de la cara, alterar el aspecto de las sombras o poner y quitar elementos en la imagen.
Preguntados sobre si creían que la imagen que estaban viendo había sido manipulada, los participantes identificaron correctamente el 58 % de los originales y el 65 % de las que habían sido tratadas digitalmente.
Los autores del estudio pidieron a los voluntarios que identificaran la zona que podía haber sido manipulada, un labor en la que aceptaron en el 56 % de los casos.
¿Dónde está el engaño de las imágenes manipuladas?
Algunos participantes que tomaron por original un imagen trucada, pudieron detectar la manipulación al observarla con mayor atención.
Sin embargo, también hubo casos en los que, aún asegurando que la imagen había sido alterada, las personas no fueron capaces de detectar dónde estaba el engaño.
Los investigadores sugieren que “la gente en general tiene una habilidad muy limitada para detectar y localizar manipulaciones de escenas del mundo real” y destacan que el sexo o la edad no influye en los resultados, según un comunicado de la Universidad.
En la era digital en la que la edición de imágenes es fácil y accesible a todo el mundo, esta investigación llama la atención, indica el comunicado, sobre lo atentos que debemos estar antes de poder confiar en la autenticidad de una imagen.
Además, es fundamental que las imágenes que se usan como evidencias en los tribunales o en el periodismo sean mejor controladas para asegurarse de que son precisas y veraces.
Una de las autoras del estudio Sophie Nightingale indicó que cuando la gente mira periódicos, revistas o va a internet, se está exponiendo a imágenes falsas. “Ahora nuestro estudio muestra que es poco probable que la gente las distinga.
Por ello, “el desafío” ahora es -consideró- buscar y encontrar la manera de ayudar a las personas para que les sea más fácil diferenciar entre lo que está manipulado y no”.
La experta indicó que las imágenes falseadas a veces tiene indicios de ese proceso, por ello están realizando nuevos estudios para saber si la gente puede emplear esas señales para que les ayude a identificar las falsedades. EFE