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Apariciones en Fátima (Portugal)

  • Por José V. Ciordia, historiador

Tal día como hoy, un 13 de mayo de 1917, se producen los sucesos de Fátima, por los que a tres pastorcillos, Lucía (10 años), Francisco (9 años) y Fátima (7 años), se les aparece la Virgen María en la llamada Cova da Iria, cerca de su pueblo natal, Fátima.

Previamente a esta primera aparición de la Virgen, luego habría otras, los tres niños habían tenido varias apariciones de un Ángel, meses antes, llamado Ángel de la Paz, que les conminaba a orar y rezar con el.

Ese día, después de haber tomado su almuerzo alrededor del mediodía sufrieron un sobresalto,  de repente, » un rayo en medio de un cielo azul». Pensando que una tormenta se acercaba se debatían si debían recoger las ovejas e irse a casa. Preparándose para hacerlo fueron nuevamente sorprendidos por una luz extraña. Cerca de un roble (hoy en día está rodeado de una reja de hierro), se produjo otro rayo, y después de dar unos cuantos pasos, en otro roble (uno más pequeño más abajo en la colina), a una señora vestida de blanco, que brillaba más fuerte que el sol, irradiando unos rayos de luz clara e intensa, como una copa de cristal llena de pura agua cuando el sol radiante pasa por ella.

lucia jacinta francisco
Lucía dos Santos (izquierda de la fotografía) y sus primos, Francisco Marto (centro) y Jacinta Marto (derecha)

Por favor no temáis, no os voy a hacer daño.

Lucía respondió por parte de los tres, como lo hizo durante todas las apariciones

¿De dónde sois?

Yo vengo del cielo.

La Señora vestía con un manto puramente blanco, con un borde de oro que caía hasta sus pies. En sus manos llevaba las cuentas del rosario que parecían estrellas, con un crucifijo que era la gema más radiante de todas. Quieta, Lucía no tenía miedo. La presencia de la Señora le producía solo felicidad y un gozo confiado.

«¿Qué queréis de mi?»

Quiero que regreses aquí los días trece de cada mes durante los próximos seis meses a la misma hora. Luego te diré quien soy, y qué es lo que más deseo. Y volveré aquí una séptima vez.

«¿Y yo iré al cielo?»

Sí, tu irás al cielo.

«¿Y Jacinta?»

Ella también irá.

«¿Y Francisco?»

Él también,  pero primero debe rezar muchos Rosarios.

La Señora miró a Francisco con compasión por unos minutos, matizado con una pequeña tristeza. Lucía después se acordó de algunos amigos que habían fallecido.

«¿Y María Nieves está en el cielo?

Si, ella está en el cielo.

«¿Y Amelia?»

Ella está en el purgatorio..

Os ofreceréis a Dios y aceptaréis todos los sufrimientos que Él os envíe, en reparación por todos los pecados que Le ofenden y por la conversión de los pecadores.

«Oh sí, lo haremos»

Tendréis que sufrir mucho, pero la gracia de Dios estará con vosotros y os fortalecerá.

Lucía relata que mientras la Señora pronunciaba estas palabras, abría sus manos, y una luz muy brillante parecía venir directamente de sus manos. Por un impulso caímos de rodillas  hasta que la Señora habló de nuevo, mencionando la guerra en Europa.-la Primera Guerra Mundial (1914-1918)- y diciéndoles que rezaran mucho por la  paz y el final de la guerra. Después de esto Ella  comenzó a elevarse lentamente hacia el este, hasta que desapareció en la  distancia, en el cielo, como si este se abriera.

Las apariciones se sucedieron a lo largo de los meses siguientes el mismo día del mes, el 13, hasta el mes de octubre, en el que se produce la última aparición y el que es llamado “milagro del Sol”, presenciado ya entonces por más de 70000 personas, puesto que  desde la primera aparición hasta la última, el suceso de las apariciones habíase extendido por buena parte de Portugal y  con cada nueva aparición se congregaban un mayor número de personas.

La Iglesia católica desde el primer momento siempre se ha mostrado de acuerdo a los acontecimientos. Desde Pío XI, en 1930, al Papa Francisco en la actualidad, pasando por Juan XXIII, Pablo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI, todos ellos, han visitado Fátima, dando, por tanto, verosimilitud a las apariciones marianas de Fátima.

Para conmemorar el centenario de las apariciones de la Virgen de Fátima en Portugal, acaecidas en 1917,  el Papa Francisco  ha decidido conceder la Indulgencia Plenaria durante todo el Año Jubilar, que comenzó el pasado 27 de noviembre y terminará el 26 de noviembre de 2017.

El Santuario de Fátima indicó que para obtener las indulgencias plenarias los fieles deben  cumplir primero con las condiciones habituales: confesarse, comulgar y rezar por las intenciones del Santo Padre.

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