Aitor Castañeda
Ha llegado a mis manos la noticia de que la que coalición Izquierda-Ezkerra (en adelante IE) pretende revisar ahora los contenidos del Museo del Carlismo de Estella, so pretexto, según dice, de recuperar una memoria histórica en la que este movimiento centenario no habría sido un catalizador de reclutas navarros durante el Alzamiento, sino el responsable directo de la matanza de miles de civiles (sobre todo mujeres) del territorio en el 36.
El reclamo de estos señores supera lo grotesco: como aficionado a la historia vasca y navarra, he estado en el museo del Carlismo de Ormáiztegui (casa natal de Zumalacárregui, tan amado en Lizarra) y dos veces en el de la ciudad del Ega, y doy buena fe de que en este último no es que no se mencione el papel del carlismo durante la Guerra, el gobierno de Franco o la Transición. Simplemente, no se dice nada: finaliza el recorrido y la exposición histórica del movimiento con la exhibición de un uniforme requeté, junto con alguna que otra bandera de los tercios regionales. Nada más. Si se pregunta a quienes atienden el museo (lo hacen perfectamente en castellano y en euskera) responderán, como lo hicieron conmigo, que no se aportan más detalles sobre dicho largo margen de la historia por no levantar ampollas en la memoria colectiva.
Reconsiderando las demandas de IE, propondría efectivamente terminar el recorrido histórico que el museo y la historia exigen, y mostrar de manera clara que el carlismo fue durante el Alzamiento un movimiento de masas (sobre todo) rurales en Navarra; que lucharon contra una república – la de IE – que no les representaba; que garantizaron en gran medida el éxito de los sublevados en el Norte, y cuyas derivas históricas recondujeron a una de sus alas a ser el germen de Izquierda Unida, dónde y en la Comunidad Foral. ¿Aceptarán la realidad?
Aitor Castañeda Zumeta, profesor de Comunicación Institucional (UPV/EHU).
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