Se suele decir que cuando un gobierno tiene que establecer las leyes y normas que regulan el día a día de sus ciudadanos POR DECRETO, es señal de que no lo está haciendo bien y que se está alejando del sentir de su ciudadanía. Este es el caso del Gobierno de Navarra, que acaba de «garantizar» por decreto el aborto, o lo que es lo mismo ir contra el derecho a la vida de cientos, de miles, de inocentes, en la red pública – Servicio Navarro de Salud-.
Hasta ahora, el aborto, llamado Interrupción voluntaria del Embarazo, podía realizarse pagando el gobierno a las mujeres en el sector privado, fuera de Navarra, hace escasos cinco años en Navarra, en la clínica abortiva de Ansoain, curiosamente, con los permisos de apertura «sanitaria» y licencia del anterior ejecutivo navarro, de UPN liderado por entonces por Yolanda Barcina, de Unión del Pueblo Navarro.
Habría que recordar también que este partido, junto con el Partido Popular de Navarra, ayudaron al fracaso de la Iniciativa Legislativa Popular que se presentó en el Parlamento de Navarra, por parte del partido Derecha Navarra y Española y otras organizaciones Pro-vida como Derecho a Vivir, que pedía la inmediata paralización de dicha clínica abortiva y la derogación de los permisos concedidos.
No resulta extraño que el actual ejecutivo navarro haya aprobado dicho decreto. Varios de los miembros del llamado cuatripartito que sustenta al Gobierno Foral, apuestan claramente por el aborto en sus principios programáticos e ideológicos, por lo que era cuestión de tiempo su inclusión en la red pública sanitaria navarra.
Es de imaginar que la plantilla orgánica sanitaria navarra, podrá valorar su inclusión en la red abortiva y podrá ejercer su objeción de conciencia, con todas las garantías posibles, puesto que como bien dice su juramento hipocrático, tienen que ser defensores de la vida y poner todos los medios a su alcance para conseguirlo.