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A menor biodiversidad en los bosques, menos producción de madera

El cambio climático, la deforestación y la mala gestión de los bosques provoca en estos una continua pérdida de biodiversidad -la mitad de las especies de árboles del planeta están amenazadas-, lo que a su vez repercute en la productividad de los bosques: a menor riqueza de especies, menos producción de madera.

El artículo lo firman científicos del Global Forest Biodiversity Initiative (GFBI, en sus siglas en inglés), una plataforma internacional de investigadores -también españoles- que pretende ahondar en el conocimiento de los patrones y procesos asociados a los 4.000 millones de hectáreas de bosques de la Tierra.

El trabajo lo lideran Jingjing Liang (Universidad de West Virginia, Estados Unidos), Peter B. Reich (Universidad de Minnesota) y Thomas W. Crowther (Universidad de Yale).

Hasta ahora se había documentado la relación entre biodiversidad -riqueza de especies- y productividad -de madera-, en pastizales o praderas, pero nunca en bosques y a escala global.

Para este trabajo, los investigadores analizaron 777.126 parcelas con 30 millones de árboles de 8.737 especies distintas, en 44 países de todo el mundo, con el objetivo, primero, de dar “orden y armonía” a esa cantidad de datos y poder después hacer un estudio global, señala a Efe Fernando Valladares, investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales (del CSIC) y uno de los firmantes del estudio.

Para entender la diversidad y amplitud de los datos aportados, Valladares explica que el lugar más al norte del que hay datos es Siberia; el más al sur, Patagonia; el lugar más frío, Oymyakon(Rusia); el más cálido, el archipiélago de Palau (Pacífico occidental); y el más rico en especies, el estado de Bahía (Brasil).

Datos de hace 150 años

Hay desde bosques boreales hasta bosques tropicales, pasando por bosques caducos y templados“, agrega este investigador, que apunta que hay datos incluso de inventarios forestales de hace 150 años.

 

Vídeo de la Universidad de Minnesota.

Para este investigador, que junto a otros científicos españoles aportó datos de bosques mediterráneos para el estudio, la principal conclusión de este artículo es que existe una relación positiva entre el número de especies y la productividad y también la contraria: a menos especies el bosque ofrece menos madera.

Otro ejemplo: un estudio realizado en la Península Ibérica muestra que pasar de cuatro a una especie supondría pasar de 1,7 toneladas de madera por hectárea y año a valores de 1,2.

Los efectos de la reducción de especies varían considerablemente según las zonas del planeta, según este estudio.

Así, en áreas como el Amazonas, oeste y sudeste de África, el sudeste de China, Myanmar, Nepal o archipiélago Malayo es donde la reducción de la riqueza de especies supone mayores pérdidas de productividad en términos absolutos mientras esta reducción afecta menos a bosques de Norteamérica, el noreste europeo, área central de Siberia, el este de áfrica o el sur central de Asia y América.

Una parte del bosque tropical del parque La Cangreja, en esa reserva ubicada a 80 kilómetros de San José (Costa Rica). EFE/Jeffrey Arguedas

Imagen de una parte del bosque tropical en Costa Rica. EFE/Jeffrey Arguedas

Este trabajo ofrece además uncálculo económico anual de la biodiversidad: los investigadores estiman que la contribución económica de la biodiversidad al mantenimiento de la productividad forestal es de entre 150.000 y 443.000 millones de euros, cantidades que son “considerablemente superiores al coste total de una conservación global efectiva”.

Este valor es más del doble del coste de conservar los ecosistemas, según el artículo.

“Esto pone de manifiesto que merece la pena invertir en mantener la biodiversidad porque el beneficio supera con creces el coste asociado a la conservación”, afirma a Efe Sergio de Miguel, autor también del trabajo y científico de la Universidad de Lleida.

¿Y cuál es la explicación científica de que biodiversidad y productividad estén ligadas?

Una de las explicaciones es que la diversidad de especies garantiza una menor competición por los recursos: si un bosque es “monoespecífico” (una sola especie), los árboles competirán por los mismos nutrientes.

Negro sobre blanco

Los datos de esta investigación ponen negro sobre blanco la necesidad de recalcular el valor de la biodiversidad, las estrategias de gestión forestal y las prioridades a la hora de conservar, subraya Valladares en una nota de prensa del museo.

“Además, es la primera vez que se relaciona a escala global que la pérdida de especies se traduce en la reducción del funcionamiento de los ecosistemas boscosos, en la disminución de la producción de madera y por tanto en su capacidad de absorción de CO2 de la atmósfera”, concluye este científico. EFE

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