Teherán, 14 may (EFE).- Irán se lanzó hoy a denunciar los límites de la libertad de expresión y la «hipocresía» occidental con la segunda exhibición internacional de caricaturas sobre el Holocausto, un evento polémico y provocador que se centró en la crítica feroz al Estado de Israel y no en la negación del genocidio judío.
La muestra, con unas 150 caricaturas y viñetas a cuenta del Holocausto procedentes de 50 países del mundo tan diversos como Francia, China o Brasil, se inauguró precedida por un intenso debate tanto dentro como fuera de la República Islámica, en el que participó el ministro de Exteriores iraní, Mohamad Yavad Zarif.
Como elemento provocador, los crímenes de la Alemania Nazi contra los judíos europeos sirvieron a los organizadores del certamen, varias entidades culturales y religiosas iraníes de naturaleza privada, para lanzar un duro mensaje de denuncia sobre la situación de Palestina y sobre la utilización «selectiva» por Occidente de la «libertad de expresión, que se defiende para insultar al Islam pero no para hablar del Holocausto».
«No buscamos negar el genocidio judío, nuestro objetivo principal es tratar sobre el régimen sionista y el Holocausto que hoy vemos en Palestina. No se trata de negar lo que ocurrió en Europa durante la II Guerra Mundial, sino mostrar que está ocurriendo otro Holocausto», manifestó a Efe el secretario general de la exhibición, Masud Shoyaí Tabatabaí.
Tabatabaí insistió hasta la saciedad en esta premisa, al tiempo que denunció el interés de «los medios occidentales y sionistas», en presentar este concurso como «una negación» con el fin de desprestigiar «la cuchilla reveladora de los caricaturistas».
Efectivamente, de los 150 dibujos expuestos, Efe pudo constatar que tan solo uno, que representaba unos soldados arrojando muñecos de paja a un horno con la convivencia de un rabino y un oficial nazi, podría identificarse como una negación del Holocausto.
La inmensa mayoría de los dibujos sí daba por hecho la existencia del mismo, bien comparándolo con la situación en Palestina, o denunciando su uso «propagandístico» para defender las actuaciones del Estado de Israel.
El otro polo de la muestra, reconocido por Tabatabaí como objetivo primordial, es subrayar ante el mundo que el «revuelo» y la «atmósfera» que se crea a escala internacional cuando se habla del Holocausto se topa con la defensa de la libertad de expresión que tanto se defendió en Occidente con el caso de las caricaturas de Mahoma.
«Por negar el Holocausto se puede ir a la cárcel en Europa», insistió el organizador.
Sin embargo, Tabatabaí, en cuyo país las ofensas al Islam se penan con la muerte, se negó a comparar la publicación de las viñetas sobre Mahoma con el tema del Holocausto y afirmó que las primeras se hicieron «con una actitud muy ofensiva contra las religiones divinas» mientras que esta muestra sólo deja al descubierto «al régimen sionista».
Tabatabaí se refirió a la polémica suscitada con el ministro Zarif, quien en una entrevista a un medio estadounidense la semana pasada dijo no estar de acuerdo con la muestra y la comparó con la existencia del Ku Klux Klan en EEUU, y la zanjó al apuntar que el ministro comparte también «los objetivos antisionistas» del concurso.
Sin embargo, el interés del Gobierno iraní por permanecer al margen de este concurso resultó evidente, y sólo informó a la prensa extranjera del mismo en el último momento.
La guerra de propaganda de la que forma parte este certamen asimismo quedó en evidencia esta semana, en la que Efe recibió decenas de correos de organizaciones sociales y culturales judías de los EE.UU para alertar sobre el carácter negacionista del mismo, y al que presentaron como una extensión de las políticas antisemitas de la República Islámica. EFE
Álvaro Mellizo
