La llegada de la III República a España es un deseo que algunos se empeñan en reivindicar para este país. No parecen recordar que la norma fundamental de este Estado, la Constitución, establece como sistema político, la Monarquía Parlamentaria. Tampoco parecen recordar que la última vez que hubo República, entre 1931 y 1936, la cosa derivó en un Alzamiento militar y, además, si la historia no lo desmiente, consentido por el propio gobierno republicano.
De todas las maneras, cabría decir que aquella República tan añorada, en cinco años produjo tres elecciones, varios presidentes y un programa de reformas que solo provocó odio y revancha entre unos y otros, que solo provocó una guerra fratricida entre hermanos, sea en los campos de batalla, en las cunetas, o en las iglesias, monasterios y demás.
Las generaciones presentes y futuras, buscan, anhelan, un mundo mejor en el que la búsqueda del Bien común, sea la principal de las reivindicaciones, lejos de revanchismos y luchas, que muchos se empeñan en hacer volver.
La historia pasada, no debería remover conciencias. Lo hecho, hecho está. Los muertos de uno y otro bando, muertos están, eso si, hace más de 80 años.