El presidente de Túnez, Beyi Caid Essebsi, demandó a los habitantes del sur «apoyar los esfuerzos del Estado en su lucha contra el terrorismo» en un mensaje de condena tras el ataque contra las fuerzas de seguridad que causó hoy 53 muertos.
El presidente les pidió también que respeten el toque de queda instaurado en la región de Medenín, donde se encuentra la ciudad fronteriza de Benguerdán, tras subrayar que las fronteras con Libia han sido cerradas y que «hay que respetar las consignas de las fuerzas del orden y de la Armada Nacional».
Essebsi homenajeó a las 18 víctimas entre civiles y agentes de fuerzas de seguridad que murieron desde el inicio anoche del ataque yihadista, junto a 35 supuestos yihadistas.
«Túnez apoyó hasta ahora a Libia como podía, aunque ahora quizás llegó el momento de aplicar medidas drásticas y radicales para acabar con el flujo que amenaza al país», declaró el presidente.
El mandatario condenó el ataque en la ciudad meridional de Ben Guerdan -obra al parecer de fanáticos que se infiltraron desde la vecina Libia- e insistió en que el extremismo es la mayor amenaza para el país y para todo el norte de África.
«Es un ataque sin precedentes, planeado y organizado. Su objetivo probablemente era tomar el control de esa zona para declarar un nuevo emirato. La mayor parte de los tunecinos están ahora en guerra contra la barbarie», afirmó.
Por su parte, los principales sindicatos, partidos políticos, asociaciones representantes de la sociedad civil y profesionales liberales emitieron comunicados de condena del terrorismo y para reclamar «unidad nacional» y apoyo a las fuerzas de seguridad.
La operación defensiva sigue aún en marcha, ya que fuerzas especiales buscan a los presuntos autores que al parecer lograron huir durante el tiroteo.
Hasta el momento, ningún grupo ha asumido la autoría de este ataque, que marca un punto de inflexión en la estrategia de los yihadistas en Túnez.
