Que el Fútbol es el deporte Rey en este pais, es algo que no discute nadie. Todos los fines de semana los españoles de a pie acuden a ver partidos de sus equipos favoritos, da igual de que categoría se trate, el caso es acudir.
Antes, durante y después del partido, las pasiones se exacerban y se mostraban entonces comportamientos, que distan mucho de ser los más adecuados. Se dan casos de padres, modélicos en sus actitudes fuera del campo, que parece «liberan» su lado más oscuro y utilizan la violencia verbal y no tan verbal en muchas ocasiones, para mostrar su «amor» a su equipo y eliminar, así, las tensiones semanales.
Si a ello añadimos que el ser de tal o cual equipo, significa, muchas veces, tener una ideología determinada y defenderla, con las dosis de violencia requeridas, tenemos un caldo de cultivo que provoca muchas veces peleas mortales entre aficionados de diferentes clubes deportivos.
El juicio de estos días por la última muerte en el fútbol español de un aficionado deportivista es buena muestra de ello.
Independientemente de los detalles del luctuoso suceso, todos los estamentos de la sociedad en la que vivimos, deberían tomar las medidas oportunas para que comportamientos de este tipo no volvieran a producirse. En la familia, la escuela, los medios de comunicación, pasando por las autoridades deportivas y de todo tipo, está la garantía de prevenir este tipo de comportamientos.