El «consejo político» del partido independentista aboca a Cataluña a nuevas elecciones en marzo, salvo que el «president» deje paso a otro candidato
El rechazo de la CUP a investir a Artur Mas como presidente de la Generalidad obliga al líder convergente a convocar, de forma «inmediata» y con fecha tope el 10 de enero, elecciones en Cataluña, que se celebrarían entre finales de febrero y el 6 de marzo, opción esta última que parece la más probable.
Lo único que podría evitar esta situación es que Junts pel Sí (CDC y ERC) decidiese de forma inesperada y rápida proponer a otro candidato que no sea Mas y que sí apoye la CUP, una cuestión que no parece probable puesto que hasta la fecha tanto ERC, como CDC, como los independientes que forman el grupo parlamentario de JxS han dicho por activa y por pasiva que su único candidato posible es Mas.
El presidente de la Asamblea Nacional Catalana (ANC), Jordi Sànchez, se ha disculpado por haber pedido el voto para todos los partidos independentistas y no sólo para «Junts pel Sí». La decepción en el nacionalismo es absoluta, así como la sensación de fracaso. El 27-S no ha servido para nada, ni tampoco la declaración separatista votada en el parlamento autonómico el pasado 9-N.
Todavía hay tiempo, alega la CUP
Los diputados de la CUP Gabriela Serra y Sergi Saladié, junto al miembro del «secretariado nacional» Xavier Generó, fueron los encargados de explicar la metodología y los resultados. Al final, los miembros del «consejo político» debían de votar entre dos propuestas en contra de Mas. Diez abstenciones o cinco votos en contra y cinco a favor. En ambos casos, el «president» no entraba en la quiniela. Ganó la posición de las diez abstenciones si se convoca un pleno de investidura.
Según los portavoces de la CUP, el proceso no acaba aquí y la de este domingo no será la decisión más difícil que deba de tomar en el futuro. «La organización está fuerte y el objetivo común de todos es la independencia», remató Generó. «Aún hay plazo; ‘Junts pel Sí’ tiene una semana de plazo para ofrecer otro candidato. La decisión final de si vamos a elecciones o no la tienen ellos. Si ellos, por una cuestión personalista e inmovilismo, hemos de repetir las elecciones, la responsabilidad será suya. Mas dijo que nunca sería un obstáculo. Ahora es el momento de demostrarlo», concluyó el diputado Saladié.
