Las victorias de la oposición en la Asamblea de Venezuela y del Frente Nacional en la primera vuelta de las regionales francesas señalan el funcionamiento correcto de procesos democráticos, pero reflejan realidades diferentes o quizás iguales.
El hartazgo de los venezolanos para con Nicolas Maduro, para con la escasez, y, sobre todo, para con la miseria y el hambre provocada por la política errática de este gobierno, han culminado con una falta de apoyo grande, que debería hacer reflexionar al heredero del chavismo.
El hartazgo de los franceses a las políticas «buenistas», a la llegada masiva de inmigrantes, a una crisis económica latente provocada por políticas también errantes del gobierno socialista de Hollande, han provocado unos resultados que a la opinión pública francesa no debería causar sorpresa.
Los ciudadanos «hartos» de sus gobernantes y de sus maneras de gobierno, cambian el sentido de su voto y provocan cambios lógicos por tanto.
La democracia trae consigo estos procesos y son como un «aviso a navegantes» para el resto. Habra que verlo.