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OPINIÓN: ¿Viene la era Jeremy Corbyn?

OPINIÓN: ¿Viene la era Jeremy Corbyn?

Hace ya demasiados años que la izquierda europea está necesitada de un revulsivo, de una verdadera revolución interna. El fiasco de Alexis Tsipras después del espejismo que supuso su victoria en Grecia nos volvía a sumir en una depresión cercana a la melancolía.

Tradicionalmente las alegrías en los últimos 35 años venían de España con el triunfo sorpresivo de Felipe González en 1982, Italia, Portugal, o Francia aunque después llegaran a resultar frustrantes. Pero nos faltaba el mundo anglosajón, porque Tony Blair apenas dejó el buen sabor y no es poco, del valiente proceso de paz en Irlanda.

Ahora de manera sorprendente nos despertamos con el descubrimiento de una figura como Jeremy Corbyn, que acaba de arrasar hace apenas dos semanas en las primarias del Partido Laborista y que ha conseguido en ese tiempo aumentar su afiliación en 50.000 ciudadanos y ciudadanas. No sólo por su victoria sino porque demás haya sido tan aplastante. Un 59,5 % de apoyo que contrasta con el apenas 4,5 % del candidato apadrinado por Blair.

Supone un verdadero terremoto en el Partido Laborista inglés, pero también en la izquierda europea que hace apenas unos días ni siquiera lo conocía, salvo quienes nos interesamos por su estado de salud actual cercano al colapso hasta hace apenas unas horas. Resulta curioso por un lado que lo acusen de izquierdista cuando lo único que hace es usar el sentido común de quienes realmente se sienten de izquierdas (existe mucho camuflado en nuestras filas, por no decir que la mayoría de nuestros dirigentes lo son).

Pero existen preguntas que debemos hacernos ante esta acusación: ¿Manifestarse contra las políticas de austeridad de la derecha lo es? ¿Hacerlo contra la guerra y a favor de la paz mundial? ¿Qué en 32 años de militancia no haya accedido a ningún ministerio precisamente por su defensa de posiciones nítidamente de izquierdas? ¿Oponerse a cualquier recorte en el Estado del Bienestar es ser izquierdista? ¿Abogar por imponer más impuestos a las grandes fortunas o controlar la banca? De ser así reconozco que también soy Corbyn, yo también soy un peligroso izquierdista al que los aparatos de los partidos deben exterminar.

Por otro lado que esta figura ilusionante sea alguien con 66 años y una larga militancia de base también resulta un elemento a tener en cuenta. Últimamente se ha puesto de moda erróneamente despreciar lo que los jovenzuelos imbérberes que van llegando a la actividad política consideran una rémora. Tener más de 50 años, no digamos 60, te sitúa fuera de la moda, de la órbita del poder ignorando que como Corbyn la esencia de la izquierda, sus valores, sus raíces ideológicas, están precisamente ahí, en esas edades y él lo acaba de demostrar.

Pero no es la única buena noticia que nos viene de las islas. Además de la victoria de Corbyn también en las primarias a la alcaldía de Londres el vencedor ha sido el candidato más a la izquierda: Sadiq Khan hijo de inmigrantes paquistaníes, lo que le da otro aliciente más en un momento de profunda crisis en Europa sobre los refugiados.

¿Puede suponer estas elecciones un giro, un cambio en la izquierda europea?

Quizás si en Grecia se abre paso la alternativa presentada por Yanis Varoufakis, otra de sus figuras emergentes, que supone un verdadero “plan B para Europa”, si es capaz de impregnar en ella a un tibio Tsipras, o en Francia surgen alternativas a un derechoso Holande, en Italia a otro como Mateo Renzi y en España hubiera vencido en las primarias del PSOE nuestro Corbyn propio, José Antonio Pérez Tapias, que hubiera hecho innecesaria la aparición de Podemos. Así se podría haber puesto en marcha un gran frente de izquierdas novedoso e ilusionante.

Por eso en una reciente entrevista en la prensa decía con tono profético: “Si hubiera sido elegido SG del PSOE habrían dicho de mí que era una amenaza, como señaló Cameron de Corbyn cuando fue elegido”. Probablemente fuera así, pero quizás también que en apenas un mes hubiera habido 50.000 nuevas afiliaciones como ha ocurrido en el Partido Laborista inglés.

Pero no debemos tirar la toalla. Pedro Sánchez no es Pérez Tapias pero quizás los resultados electorales le empujen a que se le parezca bastante, a que asuma sus propuestas. Ya es sabido el carácter camaleónico de estos jovenzuelos, si esa transformación obligada para poder acceder al poder es hacia la izquierda bienvenido sea. Si es producto de que para poder gobernar, para consolidarse como líder le empujan a ello, también.

Hoy Corbyn ilusiona a quienes defendemos que la izquierda debe ser izquierda, que asumir posturas pragmáticas contra nuestra base ideológica acaba siendo un error y lo que es peor, una traición. Demasiado pragmatismo que acaba llevando a los partidos de izquierdas a asumir los postulados de quienes deberían ser sus enemigos. Ese fue el final del mandato de Zapatero, deberíamos haber aprendido ya esa lección.

En estos difíciles momentos el Partido Laborista, sus bases, nos indican el camino, ojalá sepamos entenderlo y lo que es más importante recorrerlo con ellos.

José Luis Úriz Iglesias, Afiliado al PSC viviendo en Navarra

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