Están instalados en Citröen C4 Picasso y ya funcionan en carreteras aragonesas y de Castilla y León mientras se amplían a toda España antes del verano
El radar invisible han llegado a España. Su uso está muy extendido en otros países de la Unión Europea pero, hasta ahora, eran casi desconocidos en nuestro país. La Dirección General de Tráfico ha comprado medio centenar que sustituirán a una parte de la flota actual.
Cincuenta coches camuflados de la Benemérita ya tienen a su disposición los 50 radares móviles invisibles, que en las próximas semanas empezarán a circular por puntos negros de alta siniestralidad, autovías y carreteras comarcales de España. Esta decisión ha desatado la polémica, especialmente después de que Tráfico asegurara que no escondería más los radares móviles en las carreteras convencionales
Estos radares, además, son difíciles de «pillar» por los conductores ya que se instalan en la parrilla delantera del motor, en un pequeño hueco, por lo que son mucho más discretos. Más abajo, se ha colocado un foco que parece una luz antiniebla, un flash que garantiza una mayor nitidez en las fotos (la mejora es del 15%). Los vehículos no llevan vistosas antenas, como otros modelos, lo que también dificulta su identificación.
Se llaman radares invisibles porque son imposibles de localizar para el 95% de los detectores de radar (los que son ilegales). La razón es sencilla de explicar: la mayor parte de los detectores y avisadores de radar están programados para funcionar a frecuencias bajas y algunas un poco más altas que son las que, habitualmente, utilizan los equipos de Tráfico y la Guardia Civil. Pero esta nueva generación de cinemométros trabaja a frecuencias mucho más altas, de manera que pasan desapercibidos para la gran mayoría de los aparatos de detección.
Dicen que estos nuevos radares pueden captar infracciones de velocidad incluso con alta ocupación de coches; es más, aseguran que son capaces de cazar infractores hasta en seis carriles al mismo tiempo.
