El expresidente egipcio, Hosni Mubarak, y sus dos hijos Alaa y Gamal fueron sentenciados hoy a tres años de prisión en la repetición del juicio por apropiación ilegal de fondos públicos reservados para los gastos del Palacio Presidencial.
El juez Hasan Hasanein también les condenó al pago de una multa conjunta de 125 millones de libras egipcias (unos diecisiete millones de dólares), la misma cantidad de la que se les acusa de haberse apropiado indebidamente.
Mubarak de 87 años, podría haber salido libre este sábado ya que el pasado mes de noviembre la Judicatura egipcia retiró de un plumazo el resto de cargos presentados contra el autócrata: primero por su complicidad en el asesinato de manifestantes durante la revolución egipcia de 2011 y después por otros dos casos de soborno y abuso de poder.
Mubarak, lleva ya en prisión dos años y siete meses, la mayor parte del tiempo preso bajo vigilancia en el Hospital de las Fuerzas Armadas de Maadi, debido a su deteriorado estado de salud.
El expresidente fue trasladado a la Academia de Policía de El Cairo en un helicóptero medicalizado, como ha sido habitual en todas las sesiones judiciales que se celebraron en su contra los últimos cuatro años, informó una fuente de seguridad.
Escuchó la sentencia sentado, mientras saludaba a sus simpatizantes presentes en la sala, que pedían su absolución.
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