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OPINIÓN: Hope Aguirry nos quiere gobernar

OPINIÓN: Hope Aguirry nos quiere gobernar

PioMoa.Wikipedia

Esperanza Aguirre no descarta llegar a la Moncloa. Consciente de la crisis del PP,cree que no solo el mando de Madrid, sino también el de la nación está a su alcance con solo prometer –como prometía Rajoy— lo que haga falta. En período electoral, las promesas brotan como amapolas en primavera y  por lo común duran lo mismo. El ansia de poder empuja a los políticos a cualquier mentira para engañar a los votantes crédulos, y en el grado de corrupción –no solo económica—que vive nuestra democracia desde hace mucho, las mayores supercherías se han vuelto “normales” y con escaso coste electoral, como se ha visto en Andalucía.

Aparte de sus problemas inmediatos, España tiene dos de máximo alcance, pues afectan a su propia subsistencia: la balcanización o disgregación, y la disolución en la UE. Se da la circunstancia de que los grandes partidos y muchos de los pequeños promueven las dos cosas. Mientras Aguirre hacía su carrera en el PP, este partido, con Aznar y con Rajoy, colaboraba con los separatismos y los financiaba,  haciendo, eso sí, declaraciones en contra para calmar a muchos de sus votantes. Es decir, seguía la política inaugurada por la UCD y acentuada por el PSOE. Mientras Aguirre hacía su carrera en el PP, Rajoy –no Aznar–pasaba a colaborar con la ETA premiando sus crímenes con legalidad, dinero público, proyección internacional, liberación de presos… Los procesos de balcanización del país no habrían llegado ni remotamente tan lejos si no hubieran sido estimulados y apoyados económicamente por los gobiernos, de derechas o de izquierdas.  

Lo que casi nadie ha visto o no ha querido ver es que el peligro de disolución de España en la UE es mucho mayor y más definitivo. El proyecto de la UE, nacido de ilusiones democristianas, tiene hoy dos tendencias esenciales: descristianización del continente y liquidación de las naciones y culturas nacionales que, precisamente, han constituido y construido la civilización europea, y cuyo idioma general sería (ya está siendo) el inglés. A ese intento contribuyen con entrega y beatería totales el PP de Aguirre,  el PSOE, C´s y prácticamente todos los demás. El proyecto europeísta, por sus contradicciones y peligros, está despertando oposición en grandes zonas de opinión en diversos países… pero no en España. Aquí partidos y gente común son más europeístas que nadie, y también más ignorantes de la historia y realidad europeas que nadie. Ayer mencionaba esta característica en el “pensamiento” democrático de la derecha: la falta de análisis, de teorización, la reducción a tópicos.

Ejemplar preciso de todo ello es Hope Aguirry, que para muchos pasa por ser una patriota. Y lo es: una patriota inglesa, sin dejar de ser europeísta, es decir, partidaria del abandono o venta  progresiva de la soberanía española a la burocracia de Bruselas y Estrasburgo. Nuestros políticos creen que no están para servir a la soberanía española, sino para servirse de ella, trocearla y venderla por partes como si fuera una finca suya.

En breve: Hope Aguirry  ha impuesto ilegalmente la enseñanza bilingüe en un país que no es bilingüe, sino que tiene una lengua oficial y no es la inglesa. El inglés, en todo caso, solo debe estudiarse (en un país soberano) como lengua extranjera.  Ha impuesto esa enseñanza sobre el supuesto de que el inglés es la lengua superior, de cultura a todos los niveles, con el consiguiente desplazamiento progresivo del español a lengua secundaria, doméstica, y, en paralelo a la destrucción de la soberanía nacional, la  acelerada  destrucción de su cultura, cada vez más un remedo de la anglosajona.  

Por sus distinguidos servicios  al Imperio Británico, Hope Aguirry ha sido premiada con el título de Dame Commander of the Order of the British Empire. El imperio que detenta en España la colonia de Gibraltar, y que está colonizando el país entero gracias a figuras como Hope Aguirry. Esta es también una gran admiradora de la un tanto alcohólica Margaret Thatcher, que precisamente en Gibraltar replicó a la información de un incidente en las aguas españolas con el exabrupto “¡Bombardeemos Madrid!”.  Thatcher era una fanática patriota inglesa. Aguirry, también. Hace poco una campaña popular consiguió erigir un pequeño monumento a Blas de Lezo. Adelantándose, la corporación de Annie Bottle, discípula de Aguirry, había dedicado al lado una plaza a Margaret Thatcher.

Esto es cien veces más grave que cualquier otro problema del momento, económico o del tipo que sea.  Y por encima de si va a bajar o subir tales o cuales impuestos o va a imitar a Londres, etc., esta es Hope Aguirry, patriota inglesa. Es una plaga en nuestros políticos. En otros tiempos, los afrancesados querían convertir al país en un satélite de Francia y retrasar la frontera hasta el Ebro. Hoy van más allá: aspiran a hacer sus carreras disolviendo a España en la UE y a destrozar definitivamente la cultura y el idioma españoles.

Pio Moa, historiador y escritor

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