Gobiernos internacionales, el FMI, el BCE, la Comisión, todos han coincidido este sábado en enviar un mensaje unitario a Grecia para que acelere el paso para presentar unas medidas presupuestarias que le permitan continuar recibiendo la asistencia internacional que necesita para poder hacer frente a su deuda.
La solución a la crisis actual «está en manos del gobierno griego», ha asegurado en Washington el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, durante las reuniones semestrales del FMI y el Banco Mundial. Sin embargo, «se necesita mucho más trabajo y es urgente», ha matizado en la misma línea que han seguido muchos bancos centrales, incluso de fuera de Europa.
Asimismo, el comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, ha declarado en el mismo foto que es «absolutamente esencial un avance sólido» para convencer al Grupo de Bruselas, sucesor de la antigua troika, formado por la Comisión Europea (CE), el BCE y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
La directora gerente de esta última institución, Christine Lagarde, ha pedido también a Grecia que acelere el ritmo. «No solo espero que acelere, sino también una profundización en el trabajo», ha dicho en rueda de prensa.
Por su parte, el ministro de Finanzas griego, Yanis Varufakis, presente en Washington para estas reuniones, se ha limitado a repetir en público el mensaje del gobierno de Syriza, que llegó al poder en enero y ha vuelto a los compromisos del programa anterior con la intención de poner a Grecia en los carriles de la ortodoxia fiscal deseada por sus socios.
La próxima fecha límite para el Ejecutivo heleno es la reunión de ministros de Finanzas de la zona del euro en Riga el próximo 24 de abril que podría facilitar la negociación de la liberación del paquete de ayudas en junio.
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