Llevamos días, largos días, con el posible cierre de Faurecia en Navarra. Una empresa líder en el diseño, desarrollo y fabricación de asientos para automóviles pero dependiente y con especial trabajo y orientación empresarial en Volswaguen, uno de los «pulmones» en la economía navarra.
Cada cierto tiempo, siempre padecemos algún constipado de Volswagen con grandes consecuencias para esta tierra. No sólo por los miles de trabajadores de la multinacional de automóviles, sino también por lo que esta gran empresa genera alrededor de la construcción (incluido transporte) del coche Polo. Una logística empresarial y laboral que se resiente con cada estornudo que de la alemana.
Que una empresa que trabaja para Volswagen pueda causar cierre y despidos es dramático. Y preocupante es que causa cierre una de las empresas que giran alrededor del Polo y su empresa que ya en distintas ocasiones hemos visto tambalear su línea de flotación económia. Pero se ha logrado reconducir.
Sea como fuere, hay que intervenir para evitar el cierre. No vaya a ocasionar el efecto dominó en la red logística construida entorno a una gran multinacional.
Directora NI