Últimas noticias

El profesor Miranda de la UPNA analiza las consecuencias económicas y políticas en Navarra en 1813 y 1814

El profesor Miranda de la UPNA analiza las consecuencias económicas y políticas en Navarra en 1813 y 1814

Francisco-Miranda UPNA

Francisco Miranda Rubio, profesor de la Universidad Pública de Navarra, analiza en un libro lo sucedido en Navarra durante los años 1813 y 1814, que coincidió con el fin de la ocupación napoleónica y un breve periodo liberal hasta la vuelta del Antiguo Régimen de la mano de Fernando VII

La obra, titulada “La encrucijada liberal. El final de la ocupación napoleónica en Navarra” que edita el Gobierno de Navarra, concluye que el final de la Guerra de la Independencia “aceleró el proceso de desamortización de la tierra”, lo que dio lugar al nacimiento de una pequeña clase social floreciente de comerciantes y notables y al empobrecimiento de los campesinos más humildes, y sentó las bases de las nuevas disposiciones políticas adoptadas en el Trienio Liberal (1820-1823).

“El año 1813 y, en general, el final de la Guerra de la Independencia –afirma Francisco Miranda, catedrático de Escuela Universitaria en el Departamento de Geografía e Historia- ha sido poco estudiado, pese a ser uno de los periodos más significativos de la lucha contra Napoleón en Navarra por dos razones: el grave esfuerzo económico que soportó al tener que mantener grandes contingentes de tropas y el nuevo espacio político liberal que impuso el Consejo de Regencia o Gobierno de España”.

En Navarra, se encontraban desplegados en 1813 los ejércitos franceses, que ocupaban el país desde el inicio de la Guerra de la Independencia (en 1808), y los de los aliados (España, Reino Unido y Portugal). “Las tropas se habían concentrado en la zona norte y la Cuenca de Pamplona, con la presencia del ejército de Wellington, procedente de Vitoria, donde había derrotado a los galos, y el de Soult, que vino desde Francia para intentar recuperar Pamplona y el norte de Navarra –explica Francisco Miranda-. La suma de efectivos militares por ambos bandos se acercaba a la población que entonces tenía Navarra”.

Según este historiador, la población civil “sufrió el expolio de sus recursos”. “El suministro de víveres que necesitaban los ejércitos, tanto el aliado como el francés, lo adelantaban los campesinos a cambio de unos bonos o recibos, que difícilmente cobraron –apunta el autor, que está acreditado como catedrático de Universidad-. La miseria alcanzó extremos tan espantosos que, en Lesaka, murieron de hambre 300 personas y en Bera, 500. Los pueblos fueron totalmente esquilmados al exigirles continuamente raciones ambos bandos”.

Portada del libro
Portada del libro

Pérdida de patrimonio municipal

Además del empobrecimiento general del territorio (falta de alimentos, alza de precios, devastación de cosechas y apropiación de útiles de labranza), la guerra, que concluyó con el fin de la ocupación francesa en noviembre de 1813, trajo otras consecuencias económicas: los municipios perdieron parte de su patrimonio tras vender bienes para poder afrontar las deudas, cuyas consecuencias recayeron “en los campesinos más humildes, que ya no podrían utilizar dichos bienes al quedar privatizados”. Además, “el proceso de desamortización municipal dio lugar al nacimiento de un pequeño grupo de comerciantes y notables en la administración municipal que se aprovecharon de las ventas concejiles”.

Pero la guerra no sólo precipitó, según el autor, “la crisis del Antiguo Régimen en Navarra” en el aspecto económico (con la venta de bienes concejiles y, en menor medida, eclesiásticos), sino también en el político, al “marginar la legislación napoleónica las instituciones del antiguo Reino de Navarra”. “La Diputación del Reino, que había permanecido en el exilio desde 1809, recibió una orden del Consejo de Regencia para que estableciese un régimen liberal con arreglo a la Constitución de 1812, la legislación de las Cortes de Cádiz y las nuevas ideas liberales. Miguel Escudero, jefe político de Navarra -una especie de delegado del Gobierno-, instaló un régimen liberal incompatible con las instituciones del Reino de Navarra”, indica Francisco Miranda.

Este breve periodo liberal, que duró ocho meses (de septiembre de 1813 a mayo de 2014) hasta el regreso de Fernando VII y, con él, la vuelta al Antiguo Régimen y el restablecimiento del viejo Reino de Navarra, no fue en vano. “Hubo un pequeño grupo de navarros –abogados, comerciantes y militares-, que, aun siendo defensores de la constitución navarra, participaron en la elaboración de un nuevo sistema político, al ser partidarios de una monarquía moderada, de línea jovellanista o reformista. Este rescoldo liberal se reavivó en 1820, con las reformas tributarias, como la supresión de las rentas provinciales, o las nuevas bases de la educación pública, entre otras medidas. Esta cascada de nuevas disposiciones políticas adoptadas durante el Trienio Constitucional, de 1820 a 1823, tuvo su origen, en muchos casos, en ese primer liberalismo navarro de 1813”, señala el autor.

Francisco Miranda Rubio, doctor en Historia por la Universidad de Zaragoza y profesor visitante en varias universidades extranjeras, ha centrado su actividad investigadora en la historia política y social navarra de los siglos XIX y XX. Es autor de varios libros, entre los que destacan “La Guerra de la Independencia en Navarra. La acción del Estado” (1977), “El siglo XIX en Navarra” (1994), “La dictadura de Primo de Rivera en Navarra” (1995) y “Guerra y revolución en Navarra (1808-1814)” (2010).

About The Author

Otras noticias publicadas

Responder

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies