Ha empezado con fuertes sobresaltos este 2015. Y sólo llevamos un día y medio.
Un barco lleno de inmigrantes a la deriva en las costas italianas, un terremoto en Valencia, un aviso de inmolación en un tren en la estación de Atocha, Rajoy que se lanza a pisar Andorra, la prima de riesgo por debajo de los 100 puntos, el recurso de la infanta Cristina…
Todo eran deseos de Paz y Felicidad hace sólo unas horas y ha sido estrenar el calendario y comenzar a ver que no, que sólo fueron espejismos y que el ser humano reincide y reincide en sus hechos.
Y aún no se han dejado ver en escena los políticos, banqueros o economistas, que todavía deben de estar ‘de Navidades’.
Fuerte, sí. Fuerte ha comenzado este nuevo ejercicio que nos traerá elecciones, con sus correspondientes promesas de parabienes a todos… ¿De qué me sonará esto? ¿Escucharemos deseos y promesas de Paz, de Prosperidad, de Amor eterno y de Trabajo para todos esta primavera? ¿Se desvanecerá todo eso al día siguiente como ocurre con los deseos en Navidades?
Comienza fuerte el Año Nuevo. 2015 nos lo irá contando.
Redacción N.I.