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Estado Islámico oculta bombas trampa en terrenos y edificios

Estado Islámico oculta bombas trampa en terrenos y edificios

Aviones de combate de las fuerzas de la coalición internacional atacaron posiciones del grupo terrorista Estado Islámico.

Los terroristas de Estado Islámico ocultan artefactos y explosivos en terrenos y edificios, un grave peligro para las familias de desplazados que intentan regresar a sus hogares y para las tropas gubernamentales que combaten este terrorismo yihadista

Ya han sido cuatro artificieros los que han muerto a causa de este terrorífico ataque de «bombas trampa» y otros dos sufrieron heridas. La grave explosión del artefacto fue en una vivienda de Zummar, en la región de Nínive, bomba trampa que, según testigos, estaba preparada para que explotase cuando se abriera la puerta de un baño.

El artificiero Omer Hasán, testigo de la explosión de Zummar del 29 de octubre, ha abogado por «marcar» las localidades que ahora están «llenas» de  «bombas trampa».

Hasán ha relatado cómo los terroristas yihadistas ocultan explosivos en linternas porque saben que las fuerzas kurdas «las necesitan». «Los peshmergas las cogen, las encienden (…) y pierden una mano». El propio Hasan hace 20 años perdió una pierna por la explosión de una mina.

Irak, está considerado uno de los países más minados del mundo. Según un observatorio asociado a la Campaña Internacional para la Prohibición de las Minas (ICBL), alrededor de 1.800 kilómetros cuadrados de territorio iraquí son zonas potencialmente peligrosas.

Irak, firmante en 2007 del Tratado de Ottawa para la prohibición de las minas antipersona, tiene la obligación de limpiar todo el país de estos artefactos antes del año 2018. Un informe publicado en agosto de 2013 por el Observatorio de Minas del ICBL cifraba en 29.000 las víctimas de accidentes relacionados con estas bombas, 15.000 de ellas en el Kurdistán iraquí, incluidos 6.000 muertos. En 2012 asesinaron a 42 personas con las «minas antipersona» y once artificieros han perdido la vida mientras realizaban tareas de limpieza en el Kurdistán.

La directora para Irak, Nina Seecharan, de la ONG, Grupo Consultivo de Minas (MAG), con sede en Londres, ha alertado del «riesgo» que expone para «un gran número de personas» que intenta regresar a sus hogares tras huir de los ataques de Estado Islámico. Esta ONG lleva meses informando a las familias para que tengan cuidado, especialmente los niños, «que son curiosos por naturaleza y no perciben el peligro».

La Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) alertó a finales de octubre de que alrededor de 3.000 explosivos y minas han quedado en la localidad de Jurf al Sajr, en Babilonia, tras la retirada de los yihadistas. Un portavoz de la OCHA, David Swanson, ha subrayado la necesidad de atajar «urgentemente» amenazas como ésta.

El director de la unidad de prevención de la firma que sufrió la explosión de Zummar (IKMAA), Ako Aziz, ha reconocido «necesitan más entrenamiento y experiencia» ya que los terroristas de Estado Islámico son «muy técnicos» al dejar sus bombas trampa, por la «alta calidad de los explosivos» y por la múltiples «formas y tipos».

 

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