Ayer veíamos fotos en primeras páginas y en portadas de los medios escritos y digitales con la cara de Rajoy y su «perdón» por haber confiado en «personas indignas amigas de lacorrupción». El PSOE, por su parte, no se quedó corto y en lugar de pedir perdón, se lamentó por los «casos de corrupción» y en alguno hasta con «lágrimas» y todo.
Horas más tarde escuchábamos a los dos líderes del PP y PSOE, Rajoy y Sánchez, acusarse mutuamente por los casos de corrupción en cada uno de sus partidos y eso que, según mantenían en sus alocuciones, no querían caer en lo de «y tú más». Pero una vez más, presenciamos LA riña de patio de colegio, sin soluciones, sin responsabilidades y sin culpas. Sobre todo, cuando en ningún momento se han unido para hacer frente, de verdad, a la corrupción política. E incluso el PP por dos veces ha «vetado» en el congreso la investigación sobre quién se acogió a la «amnistía fiscal» (Granados parece ser que fue uno de ellos).
Ahora el PSOE (con IU) aprovechando la situación, reclama la comparecencia de Rajoy en el parlamento y el PP con la mayoría absoluta lo ha impedido. Quizá vean más oportuno quedarse con esa «imagen» de «perdón» de Rajoy y de «lamento» de Sánchez y el PSOE.
Cantidades millonarias de dinero que se han embolsado con dietas de las Cajas, con malversación del caudal público, con tráfico de influencias, con el pago de «favores» en porcentajes escandalosos, con los privilegios y prebendas… Y , por si era poco, sumando a esto las «tarjetas» B o Blak. Y todo esto ocurre mientras «uno de cada cuatro españoles se encuentra en situación de exclusión social» (informe de Cáritas) o cuando sabemos que «las tres mayores fortunas de España duplican en riqueza a los 9 millones más pobres» (según Oxfan) y el paro sigue en en porcentajes cercanos al 25%.
Un comportamiento, sin parangón, que «el sistema» lo ha convertido en parte del sistema, pero que ha saltado a la luz pública y publicada ocasionando un revulsivo social que, al recoger el enfado e impotencia de los ciudadanos como apoyo a una solución, traerá sus consecuencias políticas.
Sobran las palabras, invaden los hechos.
Directora NI