La joven española de origen saharui Mahdjouba Mohamed Handidaf, conocida como Mayuba, que permanecía secuestrada en Argelia por sus padres biológicos en los campamentos de refugiados saharauis de Tinduf ha conseguido escapar este martes y se encuentra en la capital argelina, Argel, en espera de poder regresar con su familia adoptiva que reside en Valencia. Según ha confirmado su padre adoptivo Batiste Llopis, está «muy contento» porque «por fin» la joven, que ya intentó escaparse en dos ocasiones anteriores, lo ha logrado. «A la tercera va la vencida», ha resaltado.
Al respecto, ha explicado que la joven pidió a su madre biológica su pasaporte y consiguió escaparse sobre las 11:00 horas de este martes, al parecer con la ayuda de algún amigo que le trasladó posteriormente en coche a Argel.
Mayuba les llamó por teléfono poco después de huir del campamento para comunicarles en una breve conversación que estaba en buen estado, ha contado. «Estamos muy contentos y ella también de poder estar en libertad», ha señalado su padre adoptivo, que ha confiado en que pueda reunirse con ellos «muy pronto».
Mayuba vivía en España desde finales de los 90
La joven había sido acogida de forma permanente en 2002 por su familia adoptiva, que vive en Valencia. El pasado mes de julio regresó al campamento saharaui de Tinduf acompañada por su padre adoptivo, para visitar a su abuela que se encontraba gravamente enferma. Su padre adoptivo regresó a España en agosto, pero ella, que debía volver el 18 de agosto, no pudo hacerlo, porque según denuncia su familia adoptiva, su padre biológico la retuvo contra su voluntad.
La joven vino a España a finales de los años 90, a través del programa Vacaciones en Paz, y vivía en la localidad valenciana de Genovés con su familia adoptiva. Allí había logrado licenciarse en Filología Árabe por la Universidad de Alicante. Su hermana adoptiva, Vero Llopis, explicó que Mayuba se encontraba retenida por sus padres biológicos bajo vigilancia las 24 horas del día. La joven contaba a través de mensajes de texto que pudo mandar a su familia adoptiva y amigos, que sobre ella pesaba una amenaza de muerte en caso de que intentara escapar de allí.
La abogada y defensora de los derechos humanos de la Fundación Al Karama, Radidja Nemar, había puesto una denuncia por secuestro ante la Fiscalía de Tinduf el pasado 17 de septiembre, pero todavía no había recibido una respuesta. También había presentado un escrito ante el consulado español en Argel y al Relator Especial de la ONU encargado de la Violencia contra las Mujeres.
Fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores habían asegurado que estaban «pendientes» del caso desde el primer día y que trataban de encontrar una solución «con el consenso de todas las partes».
