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El Museo Picasso de París reabre en el 133 cumpleaños del pintor

El Museo Picasso de París reabre en el 133 cumpleaños del pintor
El Museo Picasso de París reabre en el 133 cumpleaños del pintor
El Museo Picasso de París reabre en el 133 cumpleaños del pintor

La obra de Pablo Picasso volverá a brillar en París a partir del próximo 25 de octubre, cuando tras cinco años de reformas el museo que lleva su nombre reabra sus puertas y exponga 450 creaciones del maestro malagueño.

La fecha elegida para esta ocasión especial coincide finalmente con el 133 aniversario del nacimiento del pintor, el 25 de octubre de 1881, aunque las últimas previsiones, rodeadas de polémica, la habían fijado para el pasado junio y luego para septiembre.

El histórico palacio del siglo XVII donde tiene su sede, el Hôtel Salé, aparecerá completamente renovado y ofrecerá al público cerca de 5.000 metros cuadrados, frente a los 2.300 de hace cinco años.

La superficie de exposición aumentó igualmente de manera notable, pues pasó de 1.600 metros cuadrados a 3.600.

Detalla estas cifras en una entrevista con Efe la comisaria de la exhibición inaugural, Anne Baldassari, quien hasta el pasado mayo y desde 2010 presidía el museo, donde empezó a trabajar en 1999 y que dirigía desde 2005.

Años después de su exitosa apertura, tras haber recibido millones de visitantes, la rehabilitación se hizo indispensable dado «el estado de vetustez del museo», explica la que fuese su primera instigadora y máxima responsable.

«Era indigno de las colecciones y había que hacer que este lugar fuese finalmente dado a la obra de Picasso para poder reflejarla de una manera más precisa», añade la comisaria, quien hizo su selección entre las 5.000 obras que posee el museo, de las que unas 500 son pinturas y esculturas y el resto artes gráficas, dibujos y grabados.

En el nuevo escenario, el sótano, la planta baja y los tres pisos del museo están destinados enteramente a Picasso y al público.

«Se ven los signos del cubismo aparecer, el lenguaje cubista desarrollarse, deformarse luego en el periodo surrealista, con un pasaje por la figuración y todo eso es perceptible», dice la comisaria. Es siempre «la obra en devenir, haciéndose, deshaciéndose, transformándose», para inventar y reinventar la pintura hasta el último momento.

Baldassari propone tres tipos de recorridos, uno acelerado, en el subsuelo, que permite en 20 minutos «atravesar todo Picasso», del taller cubista y surrealista a la guerra y sus últimas obras, pasando por la pintura y la escultura monumentales o la fotografía.

«Mucho más construido, completo y complejo», el recorrido magistral se despliega en tres pisos, desde las primeras creaciones hasta 1972, un año antes de la muerte de Picasso, en un viaje «que puede ser extremadamente elaborado, a veces muy teórico, o muy práctico, a veces con sombras en ciertos períodos».

El último piso, abuhardillado, ofrece bajo su armadura de madera la ocasión de ver casi al completo la colección personal de Picasso, sus pintores y obras favoritos, a menudo en pleno diálogo con él. Una confrontación que permite ver otro Picasso, pues revela «de manera muy íntima» su proceso mental creativo.

La hazaña espacial realizada en pleno barrio del Marais, que incluye entre sus múltiples novedades un auditorio modulable y una terraza ajardinada, fue posible gracias al traslado de actividades administrativas y de seguridad a otros locales y edificios vecinos, construidos o adquiridos al efecto.

El presupuesto global del proyecto suma 52 millones de euros (66 millones de dólares), de los cuales 31 millones de euros (39 millones de dólares) han sido autofinanciados por el museo gracias a una veintena de exposiciones internacionales,

A la adaptación museística realizada por Roland Simounet entre 1979 y 1985, se añade ahora la visión de la agencia Bodin et Associés y la del arquitecto Stéphane Thouin para la escalera de honor, las fachadas y otros elementos clasificados como Monumento Histórico.

Satisfecha con su trabajo y sin querer extenderse sobre la polémica que el pasado mayo terminó con su destitución fulminante como presidenta, Baldassari estima haber cumplido su misión «en favor del público y de Picasso» y asegura no tener nada que reprocharse.

Dejó el puesto por decisión de la entonces ministra de Cultura, Aurélie Filippetti, quien la consideró responsable del deteriorado ambiente laboral denunciado por una parte del personal.

Tanto la ministra como Baldassari y el gran especialista francés que le sustituye desde el pasado 4 de junio, Laurent Le Bon, exdirector del Centro Pompidou-Metz, declararon siempre que la muestra llamada a estrenar la pinacoteca debía ser obra de su expresidenta.

El acuerdo, no obstante, solo se firmó en septiembre, tras el nombramiento de Fleur Pellerin en la cartera de Cultura.

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