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Cuatro de los cinco acusados reconocen haber desplegado la ikurriña en el Chupinazo de 2013

Cuatro de los cinco acusados reconocen haber desplegado la ikurriña en el Chupinazo de 2013

 

Los acusados, acompañados por su abogada, Arantza Izurdiaga. (EFE)
Los acusados, acompañados por su abogada, Arantza Izurdiaga. (EFE)

Los cinco acusados de colocar una ikurriña gigante frente a la fachada del Ayuntamiento de Pamplona en el chupinazo de los Sanfermines de 2013 han reconocido su participación en los hechos y han coincidido en asegurar que el despliegue de la bandera se llevó a cabo tomando medidas de «seguridad» y creyendo que «se podía tirar el cohete».

Así lo han manifestado este miércoles durante el juicio que se celebra contra ellos por un delito de desórdenes públicos por colocar una ikurriña gigante frente a la fachada del Ayuntamiento de Pamplona, lo que provocó el inicio de las fiestas con 20 minutos de retraso. El fiscal pide cinco meses de prisión para cada uno de los acusados: M.V.J., I.G.C., I.B.O., J.G.A., e I.R.M.

En el inicio de la vista en la Audiencia de Navarra y a preguntas de la fiscal, M.V.J. ha reconocido ser una de las personas que desplegó la ikurriña desde el tejado de un edificio de la zona y ha explicado que su intención «no era hacer ningún boicot a las fiestas». «Nuestra única intención era enseñar y colocar la bandera que debería estar, por voluntad del pueblo, en el balcón del Ayuntamiento», ha asegurado. Además, ha afirmado que quienes participaron en la colocación de la bandera calcularon «todo bien», ya que son escaladores. Así, ha considerado que desplegaron la ikurriña «con seguridad» y creyendo que «se podía tirar el chupinazo». En concreto, ha precisado que son «gente experta» y se aseguraron de que «se podía tirar» el cohete «con toda tranquilidad». «Técnicamente no pensamos que no se pudiera tirar», ha añadido.

Por otro lado, M.V.J., en respuesta a la abogada de la defensa, ha señalado que la labor de retirada de la bandera «era fácil» y ha defendido que no ocasionaron «ningún tipo de daño», ya que sabían «de sobra» lo que hacían. En cuanto al motivo de sus disfraces, ha negado que la causa fuera evitar ser identificados, sino «dar una figura más amable» de la acción y que «cualquier persona de la ciudad se sintiese identificada».

Por su parte, I.B.O. ha explicado que participó en la colocación de la bandera en el mismo lugar que M.V.J.. También ha dicho que quienes desplegaron la ikurriña estaban «muy capacitados» para realizarlo. Además, ha defendido que hubiera sido «muy raro que se hubiera caído al suelo» la bandera y que la pusieron «un poco apartada» de la fachada «para que se pudiese tirar el chupinazo».

Otro de los acusados, J.G.A., ha reconocido que estuvo en uno de los tejados grabando la colocación de la bandera, pero ha indicado que no estuvo «cooperando» en la acción, que, según ha dicho, desconocía hasta que tuvo lugar. «Ellos me llamaron y sabía que iban a hacer algo espectacular, alguna acción», ha afirmado, para añadir que colabora en algunos medios de comunicación. A su juicio, «estaban tomadas las medidas de seguridad».

En otro de los tejados se encontraba I.R.M., según ha reconocido en la vista, en la que ha asegurado que la colocación de la bandera «en ningún momento podía suponer un peligro». «No había posibilidad de caída de la bandera. Creí que se podía tirar el chupinazo, estuvimos en el tejado un día antes y vimos que se podía tirar», ha agregado.

Finalmente, I.G.C. ha reconocido que el día de los hechos estaba en el tejado del edificio de la izquierda de la plaza, mirando de frente la fachada del Ayuntamiento, y, como el resto de acusados, ha defendido que «en ningún momento podía caer la ikurriña al suelo». Sobre el lanzamiento del chupinazo, ha relatado que «hay una normativa que dice que hay que tirarlos verticalmente, por lo que era casi imposible que impactase» en la bandera.

Cinco meses de cárcel

El fiscal indica en su escrito de acusación que los cinco procesados, para los que pide 5 meses de prisión, «planearon en los meses previos a las fiestas de San Fermín colgar una ikurriña de grandes dimensiones en la plaza Consistorial de Pamplona en el momento en que se fuera a tirar el chupinazo», que «se retrasó 20 minutos».

Según el escrito, desde el 11 de junio los acusados realizaron «diferentes actos preparatorios» con el fin de que «la bandera quedara en un lugar bien visible delante de la fachada del Ayuntamiento» y de que «no pudieran ser identificadas las personas que llevaran a cabo la acción». En primer lugar, relata el fiscal, «decidieron que para colocar la bandera era necesario acceder a los tejados del edificio situado en la plaza Consistorial, número 2, a la derecha del Ayuntamiento, y al del edificio ubicado en los números 2 y 4 de la calle San Saturnino, a la izquierda del Consistorio». Además, continúa el fiscal, varios de los acusados adquirieron, entre otras cosas, cañas de pescar, rollos de sedal, candados, artículos de disfraz, pelucas, y gafas de sol «para ocultar el rostro».

Al edificio de la plaza Consistorial, número 2, accedieron por los tejados desde un inmueble de la calle Mercaderes, según indica el escrito, que también destaca que esta acción ya la habían realizado en los días previos a San Fermín con el objetivo de dejar la ikurriña. Por otro lado, al inmueble de la calle San Saturnino, que se encontraba en obras, entraron diciéndole a uno de los vecinos que eran trabajadores que tenían que colocar unas tejas en la cubierta del edificio, donde pasaron la noche.

El fiscal indica que «unos momentos antes de las 12 horas del 6 de julio, a punto de tirarse el chupinazo», uno de los acusados y otra persona que lo acompañaba accedieron al tejado de la calle San Saturnino «ocultando totalmente el rostro y disimulando su apariencia con pelucas, gafas y gorros y portando una caña de pescar».

Otros dos acusados, añade el Ministerio público, avanzaron por los tejados desde la calle Mercaderes hasta el tejado del edificio de la plaza Consistorial con cuerdas, cañas de pescar, recogieron del tejado la ikurriña, la desplegaron y ataron con una cuerda.

Según el fiscal, los que se encontraban en el tejado del edificio de la calle San Saturnino tiraron con una caña un sedal enganchado a varios mosquetones que recogieron los que se encontraban en la del edificio de la plaza Consistorial y engancharon la ikurriña, desplegándola entre todos y tapando la fachada del Ayuntamiento.

La bandera desplegada por los acusados, según el fiscal, tenía unas dimensiones de 5,54 por 6,50 metros y tapaba parcialmente la fachada del Ayuntamiento, incluido el balcón desde el que se iba a lanzar el chupinazo.

La gran ikurriña desplegada frente al Ayuntamiento retrasó el lanzamiento del txupinazo. (ARGAZKI PRESS).
La gran ikurriña desplegada frente al Ayuntamiento retrasó el lanzamiento del txupinazo. (ARGAZKI PRESS).

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