Los cinco acusados de desplegar una gran ikurriña que tapó la fachada del Ayuntamiento de Pamplona en 2013 cuando se iba a lanzar el chupinazo de los sanfermines, serán juzgados el día 8 de octubre.
Esta acción provocó que, por primera vez la historia de los Sanfermines, el lanzamiento del chupinazo al mediodía del 6 de julio se retrasase 19 minutos.
Cuatro de los cinco acusados de desplegar la ikurriña ofrecieron ayer una conferencia de prensa frente a la sede del consistorio pamplonés, desde donde han llamado a participar en una «fiesta-movilización» que la izquierda abertzale ha convocado en la plaza del ayuntamiento para el día 4 de octubre.
Iosu Gracia, uno de los acusados, ha atribuido a UPN «y a sus estrategias» la celebración del juicio a pesar del «gran respaldo» que, ha dicho, «tuvo aquella acción pacífica» por parte de los ciudadanos de Pamplona y Navarra. Gracia ha aludido a la gran cantidad de dinero público que «se ha malgastado en todo esto», en referencia a la investigación llevada a cabo para identificar a los causantes del incidente con el objeto de «criminalizar e intentar dejar sin valor la acción».
Los encausados consideran que la ikurriña es un «símbolo de pluralidad y libertad», que simboliza «la unidad, solidaridad e identidad».
Los acusados han estado acompañados durante la rueda de prensa por cargos y ex cargos públicos de otras localidades, como Oteiza de la Solana, Echauri, Etxarri o Villava, que han sido encausados por no cumplir la ley de símbolos.