Cosas veredes amigo Sancho. Hoy Montoro ha arremetido contra el «fraude fiscal» de Pujol. El fraude que, según el propio Ministro de Hacienda, «es uno de los más grandes casos de fraude fiscal que se ha conocido en España» y además «lleva 30 años en clandestinidad fiscal».
Sin entrar en el porqué de la comparecencia a «petición propia» del Ministro y, por ende, del Gobierno, es claramente sorprendente que Montoro, ahora, cuando ha habido un comunicado, cuando la prensa ha desvelado la corrupción, tantas veces evidente y tantas veces obviada por el gobierno, se dedique a atacar con dureza y firmeza a Pujol. Justo en el momento preelectoral, en el momento de la consulta del 9 N y en el momento de intentar olvidar el «y tú más».
Lo que clama al cielo es que el Ministro de Hacienda diga que llevan «30 años de clandestinidad fiscal» y que esas escandalosas cantidades de dinero clandestino de Pujol, no hayan sido vistas ni comprobadas hasta ahora. La responsabilidad de este ministerio que ha sacado a la luz este «caos de fraude fiscal en España», es tan grande o más que el de quien ha defraudado. Puesto que 30 años defraudando, no es porque sí, sino porque te lo permiten.
Veremos en que saco cae la firmeza inusual de Montoro. Casos de corrupción escandalosa pública y publicada hay y los ha habido, pero ninguno de ellos ha obtenido la misma contundencia. Lo que se pide es actuación contra las extorsiones y acumulación personal de dinero a costa de subvenciones, dinero negro, dietas, tráfico de influencias y beneficios propios, personales, ilegales, ilegítimos e inmorales.
El miedo a fuerzas políticas emergentes y unas elecciones a la vista, pueden cambiar estrategias, titulares, formas y maneras, pero los hechos quedan y permanecen. Porque, ahora sí, hay quien se ocupa de recordarlo a los ciudadanos.
Directora NI
