Llevamos días, meses, años recibiendo inmigrantes ilegales en España. Unos se quedan aquí y otros utilizan el país como salto a Europa.
Desde aquel famoso y socialista «papeles para todos» que fue el efecto llamada de España a la inmigración, poco o nada se ha solucionado, ni para unos ni para otros. Más bien al contrario, el efecto llamada sigue continuo y empeorando. Los que llegan a la verja utilizan la violencia y el salto ilegal. La Guardia Civil hace lo que puede.
Este agosto, habiéndose producido más de 1.000 muertes a causa del Ébola, los últimos tres días han llegado en pateras hinchables cerca de 800 inmigrantes. Y continúa en ascenso, hoy «decenas de inmigrantes subsaharianos intentan pasar a Melilla por tercer día consecutivo·. https://www.navarrainformacion.es/destacado/decenas-de-inmigrantes-subsaharianos-intentan-pasar-a-melilla-por-tercer-dia-consecutivo/
Dejando temas de racismo o humanitarios a un lado, éste es un problema cada vez mayor. No sólo es por el actual miedo al contagio del Ébola y la falta de medidas que pueden tener los Guardia Civiles o el amontonamiento de estos inmigrantes en polideportivos, sino que éste es un problema de índole política, económica, social, nacional e internacional. En él tienen que coadyuvar los distintos gobiernos -empezando por el español- para dar una solución a este conflicto que padece España, pero repercute en Europa y en el propio continente de origen de los inmigrantes, África.
Directora NI