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TKM, el medicamento que podría curar el ébola ya se administra a voluntarios

TKM, el medicamento que podría curar el ébola ya se administra a voluntarios

Virus del ébola en África

El fármaco sólo había sido probado, con éxito, en monospero a partir de esta última semana ya ha sido suministrado a voluntarios a quienes se les han dado distintas dosis para probar la tolerancia en humanos.

A esta carrera se le han unido científicos de la Universidad de Cambridge y otras farmacéuticas como Sarepta y BioCryst (estadounidenses) y Fujifilm Holdings (japonesa) que preparan nuevos fármacos

 

Hasta el momento no hay un medicamento cien por cien fiable que cure el ébola, pero tras el anuncio de la Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzado este viernes en el que califica el brote como «una emergencia de salud pública» de alcance internacional numerosas farmacéuticas ya trabajan para perfeccionar el medicamento que pueda curar el virus. ¡

Así, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos ha dado luz verde a la empresa de Tekmira Pharmaceuticals para que se realicen pruebas en humanos con la vacuna TKM-Ebola.

En un comunicado, la compañía farmacéutica encargada de desarrollar el medicamento anunciaba que inhibe la acción de genes específicos del virus del ébola, evitando que se replique, según los investigadores.

El fármaco sólo había sido probado, con éxito, en monos (una eficacia del 100%, aseguran) pero a partir de esta última semana ya ha sido suministrado a voluntarios a quienes se les han dado distintas dosis para probar la tolerancia en humanos.

El fármaco de la empresa ‘Tekmira’ utiliza una técnica de intervención a nivel celular en el virus. Se trata de pequeñas moléculas sintéticas de ARN que eliminan la producción por parte del virus que causa la enfermedad. Los datos conocidos hasta el momento son los de un estudio con primates, publicado en 2010 en The Lancet, que ofreció una efectividad del 100% con una dosis letal de ébola.

La empresa se dispara en bolsa

Mientras el mundo se alerta por la crisis provocada por un nuevo brote de ébola, la farmacéutica canadiense Tekmira sube en la bolsa de Nueva York un 26 %, ante un posible acuerdo con las autoridades sanitarias estadounidenses para autorizar el fármaco que trata la enfermedad, TKM-Ebola.

La farmacéutica que ha diseñado el medicamento emitió esta semana un comunicado en el que aseguraba que la Administración de Alimentos y Fármacos (FDA, por sus siglas en inglés) había «confirmado verbalmente» que había modificado el estatus de su medicamento de «pausa clínica total» a «pausa clínica parcial».

«Esta acción permite el potencial uso de TKM-Ebopla en individuos infectados por el virus del ébola», aseguraron desde la empresa, y sus inversores, entusiasmados, hacían que sus acciones se apreciaran un 26 %, subiendo de 14,28 a casi 18 dólares a esta hora.

El TKM-Ebola está siendo desarrollado bajo un contrato de 140 millones de dólares con el Departamento de Sistemas de Biodefensa y Contraataque Médico Terapéutico de Estados Unidos (MCS-BDTX en sus siglas en inglés).

La investigación está todavía estudiando la seguridad, la tolerancia y la reacción corporal de voluntarios adultos no infectados, a los que se les aplican dosis cada vez mayores del medicamento.

El desarrollo del fármaco había recibido en marzo la calificación de «vía rápida» por parte de la FDA, lo que permitió acelerar la investigación, y eso ha ayudado a que las acciones de la compañía se hayan revalorizado un 50,95 % en los últimos tres meses para una empresa que empezó a cotizar en el mercado Nasdaq el 26 de noviembre de 2010.

La Administración de Fármacos y Alimentos (FDA) había anunciado esta semana su decisión de impulsar por vía de urgencia el uso de una vacuna experimental contra el ébola, que ha demostrado su efectividad en monos, que podría ser administrada a partir de 2015 en personal sanitario con riesgo de contraer la infección en África Occidental.

Hasta ahora, en el Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) del hospital universitario de Emory ha estado utilizando de forma experimental unas primeras dosis del suero ZMapp con los dos estadounidenses infectados (Nancy Writebol y Kent Brantly, procedentes de Liberia).

El suero, nunca antes probado en humanos, es producido a base de anticuerpos creados en la sangre de ratones que se adhieren a las células infectadas para evitar su avance y pertenece a la casa farmacéutica Mapp Biopharmaceutical, que forma parte del grupo Allergan, que a esta horasubía en bolsa un 2,63 % en el mercado Nasdaq.

Las autoridades se muestran cautelosas sobre la efectividad y disponibilidad de la droga, dado que se desconocen sus efectos secundarios, aunque están acelerando todo el proceso de pruebas para incrementar su producción.

La polémica sobre la rentabilidad económica surgida de una enfermedad con un índice de mortalidad del 90 %, y sobre todo el acceso que los principales afectados por el ébola, los africanos, puedan tener a ella, ha motivado que la Organización Mundial de la Salud (OMS) anunciara este viernes la realización de un «panel sobre ética médica».

Según los últimos datos divulgados este jueves por la OMS, el virus del Ébola ya ha infectado en este nuevo brote en África Occidental a 1.711 personas, de las que 932 han muerto.

Otros fármacos en desarrollo

Otro fármaco que ya se ha probado y que hasta ahora está dando cierto éxito es el suero ZMappm, desarrollado por la empresa Mapp Biopharmaceutical. Desde que se aplicara a los estadounidenses que trabajaban para la organización Samaritan’s Purse en Liberia, ambos han mejorado, según Tom Frieden, director de Centros de Control y Prevención de Enfermedades de EE.UU. «Es alentador ver que aparentemente mejora. Eso es muy importante y esperamos que siga su mejoría”, sentenció en una entrevista a la cadena estadounidense FOX.

A esta carrera se le han unido científicos de la Universidad de Cambridge y otras farmacéuticas como Sarepta y BioCryst (estadounidenses) y Fujifilm Holdings (japonesa) que preparan nuevos fármacos pendientes de su aprobación.

Las autoridades ya se plantean cómo deben administrarse a la población afectada, quiénes serían las personas con prioridad a la hora de ser tratadas con ellos. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha decidido crear un grupo de trabajo que decidirá cómo gestionar el uso de tratamientos experimentales y estará dirigido por Nicole Lurie, experta en respuesta sanitaria del Departamento de Salud.

Enterrar a los muertos, una de las tareas más difíciles

El diario francés ‘Le Figaro’ refleja a través de un reportaje cómo las autoridades sanitarias y organizaciones no gubernamentales no dan a basto para cuidar a los enfermos y enterrar los cuerpos, debido al estado «extremadamente contagioso».

A ello se suman los problemas de las tradiciones funerarias locales, asegura la periodista francesa. Una operación muy delicada porque «en los muertos, la carga viral es mayor», dice Sylvain Bayeta, Directora del Centro Nacional de Referencia para las fiebres hemorrágicas virales delInstituto Pasteur. «Todas las secreciones son entonces extremadamente contagiosa y requieren gran cuidado en la manipulación del cuerpo «, señala.

Máscaras, trajes de plástico, guantes, se necesitan gafas para manejar estos cuerpo altamente contagiosos. Una integrante de Médicos Sin Fronteras en el centro de tratamiento de Kailahun en Sierra Leona, Ewenn Chenard explica cómo: «Una vez que el cuerpo se desinfecta con una solución de cloro, son colocados en dos bolsas de plástico herméticas llamadas ‘bolsas para cadáveres’. Cada bolsa se descontaminan y se llena de cojines de cama para absorber fluídos «, dice el médico. El cuerpo de la víctima es trasladado a la morgue antes ser enterrado, precedido porotras pautas de descontaminación. Mientras tanto, «a la familia se le permite ver a los fallecidos por última vez. A veces los familiares no quieren ver el cuerpo sino que prefieren cavar la tumba. En este caso, les apoyamos», señala Chenard en ‘Le Figaro’.

Pero este protocolo no siempre es aceptado por la población local, que tienen dificultades para renunciar a sus ritos funerarios. «En algunas creencias y en algunas comunidades, la gente quiere lavar el cuerpo y tocarlos para poder despedirse de los fallecidos. Pero aquí no es posible,no podemos dejar que ellos tomen el riesgo de ser contaminados», explica Benoît Carpentier, portavoz de la Federación Internacional de la Cruz Roja (FICR).

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